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Las siguientes recomendaciones van dirigidas a aquellos pacientes y sus familiares que comienzan, o ya están recibiendo, tratamiento oncológico. (terapias oncológicas sistémicas)
Hace algún tiempo la palabra cáncer era sinónimo de enfermedad incurable. Hoy, con la prevención primaria, la detección precoz, los avances en cirugía y la incorporación de nuevos fármacos, las expectativas de curación son mucho mayores. Es cierto que, en ocasiones, la enfermedad no se puede erradicar y entonces será considerada como enfermedad crónica, que se tratará de forma individual según los casos, y los esfuerzos se encaminarán al control de la enfermedad y al aumento de la calidad de vida.
En la mayoría de los casos estas terapias son infundidas en el Hospital de Día por medio de un cateter o una via, aunque en algunos casos podrá ser infundido en domicilio por medio de un infusor.
No hay que olvidar que el tratamiento al que va a someterse puede producir en su organismo algunos cambios, y que puede tener algunos efectos secundarios.
Durante la infusión no debe sentir dolor de ningún tipo. Si notase dolor, enrojecimiento, abultamiento o calor en la zona de administración del tratamiento, debe avisar inmediatamente al personal de enfermería.
El cansancio asociado al cáncer o astenia se define como la sensación de agotamiento físico, emocional y mental persistente, pudiendo estar producido por la propia enfermedad o por sus tratamientos. Se describe como una falta de energía que impide realizar incluso pequeños esfuerzos cotidianos o una falta de fuerzas generalizada que no encuentra alivio con el descanso. Puede afectar las actividades cotidianas de una persona, incluida su capacidad para trabajar, compartir actividades con su familia o socializar.
¿Qué hacer?
- Es muy importante conservar la energía, emprendiendo solamente las actividades más importantes en los momentos en los que se encuentra con más energía. Hacer una lista de las actividades que desea realizar, estableciendo prioridades.
- Mantenga una rutina diaria estructurada. No intente hacer más cosas de las que puede.
- Haga partícipes a los miembros de su familia y amigos de las tareas.
- Mantenga un equilibrio diario entre la actividad física y el descanso.
- Establezca una rutina a la hora de dormir, limitando el tiempo en la cama al del sueño.
- Pasee cada día un rato. También puede realizar ejercicio en función de su capacidad.
Es la pérdida de apetito. Es un síntoma muy frecuente. Puede deberse a la enfermedad, al tratamiento o a la ansiedad.
¿Qué hacer?
- Tener en cuenta las preferencias del paciente.
- Variar la dieta, ya que los gustos pueden cambiar.
- Comer pequeñas cantidades de alimentos varias veces al día.
- Preparar los platos de forma variada y atractiva, buscando diferentes texturas y colores.
- Combinar en un solo plato un primero y un segundo.
- Enriquecer las comidas con otros alimentos que aporten proteínas (queso, leche entera, huevo, carne, pescados) y calorías (helados, frutos secos, quesos cremosos, mantequilla, miel, azúcar).
- Evitar alimentos light.
- Ingerir suplementos líquidos: sopas, leches, batidos de frutas o fórmulas comerciales, cuando hay incapacidad de consumir los alimentos sólidos.
- Evite beber líquidos durante las comidas, excepto en caso de sequedad de boca.
- Se puede tomar zumo de limón antes de las comidas para estimular el apetito.
- Servir las comidas en ambiente agradable y tranquilo.
- Comer preferentemente las comidas templadas o frías.
- Evitar olores fuertes.
- Propiciar compañía durante las comidas.
- Procurar que sea otra persona la que prepare la comida.
La diarrea es un aumento en la frecuencia de las deposiciones y/o una disminución de la consistencia de éstas.
¿Qué hacer?
- Durante las primeras horas ( 2-3 h) no coma ni beba nada para dejar en reposo el intestino.
- Beber abundante líquido a temperatura ambiente a lo largo del día, preferible limonada alcalina (zumo de limón con agua, una cucharada de azúcar, una pizca de sal y bicarbonato), para prevenir la deshidratación y pérdida de minerales.
- Después empezar con dieta líquida repartida en pequeñas dosis a lo largo del día.
- Si tolera, empezar con alimentos fáciles de digerir, astringentes (manzana, plátano, arroz).
- Evitar alimentos que producen flatulencias (col, coliflor, rábanos, pepino, cebolla cruda, pimiento).
- Evitar alimentos con lactosa, bebidas gaseosas, alimentos grasos y ricos en fibra, condimentos irritantes (pimienta, pimentón, nuez moscada) y chocolate.
- Evite el café y el té.
Consiste en la disminución del número de deposiciones asociado a mayor dureza de las heces. Puede estar causado por le enfermedad, algunos medicamentos, falta de ejercicio y/o alteración de la dieta. Si se acompaña de dolor o inflamación del abdomen debe consultar con su médico.
¿Qué hacer?
- Beber abundantes líquidos (al menos dos litros).
- Tomar una dieta rica en fibra (pan y cereales integrales, salvado, frutos secos, verdura, fruta y legumbres).
- Prepara las verduras y hortalizas crudas (siempre que se pueda), con aceite de oliva virgen y utilizar hierbas aromáticas digestivas.
- Hacer ejercicio diario suave.
- Crear un hábito intestinal regular. No ignore la necesidad de ir al baño.
- No usar enemas sin prescripción facultativa.
No todos los pacientes lo presentan porque depende del tipo de tratamiento y de las características de los pacientes. Es más frecuente en jóvenes, mujeres, patología de la región gástrica, hepática o cerebral y mal estado de ánimo.
No podemos conocer ni el momento de aparición, ni su duración, hasta que no hayan transcurrido varios ciclos de tratamiento.
Existen distintos tipos de fármacos para evitarlos y también se benefician de las técnicas de relajación.
Deberá consultar con su médico en el caso de que empeoren a lo largo de los tratamientos.
¿Qué hacer?
- Relajarse antes del tratamiento.
- Realizar una comida ligera antes del mismo.
- Comer pequeñas cantidades de 5 a 6 veces al día.
- Comer en los momentos que se tenga hambre y lo que le apetezca, en lugar agradable, ventilado y tranquilo.
- Evitar olores que puedan desagradar. Pida ayuda a los familiares para la realización de las comidas y la compra.
- Masticar bien los alimentos.
- Tomar las comidas a temperatura ambiente.
- Disminuir la ingesta de líquidos durante las comidas, pero beber a pequeños sorbos a lo largo del día.
- No consumir bebidas alcohólicas, ni tabaco y limitar las bebidas gaseosas.
- Tomar alimentos blandos, suaves, de fácil digestión, evitando los alimentos grasos y los fritos.
- Si nota sabor metálico en las comidas es mejor especiarlas, aderezarlas con limón y evitar cubiertos metálicos.
- Descansar después de comer, preferiblemente incorporado, al menos una hora.
- Use ropa cómoda y suelta.
- Si tiene náuseas por la mañana tome alimentos secos antes de levantarse.
- En caso de vómitos dieta absoluta. Después beba pequeños sorbos cada 10-15 minutos. Si no se tolera el agua, consulte con el médico por el riesgo de deshidratación.
- Si tolera líquidos, auméntelos progresivamente.
- Si pasan 24h sin vómitos, iniciar una dieta blanda y suave.
Es la inflamación de la mucosa del tracto digestivo desde la boca hasta el ano. Se debe al tratamiento, a una patología bucal, o a la disminución de las defensas. Puede cursar con úlceras. El problema principal es la dificultad para la alimentación por el dolor.
¿Qué hacer?
- Revisar la boca previo al primer tratamiento.
- Higiene bucal adecuada con cepillo suave y enjuagues orales con bicarbonato, evitando el alcohol.
- Hidrátese los labios.
- Para evitar el mal sabor de boca, puede realizar enjuagues con agua o manzanilla en infusión.
- Ingerir comida blanda tipo purés, queso, yogurt, natillas y frutas blandas.
- Evitar alimentos calientes, ácidos, amargos, picantes, muy salados y fritos.
- Aumente el consumo de líquidos.
- Si no se tolera la dieta triturada hará una dieta líquida, más el suplemento que tenga prescrito.
- Si come poco, añadir alimentos proteicos, grasos e hidratos de carbono.
- Puede masticar hielo para evitar el dolor y también unos minutos antes del tratamiento para contrarrestar su efecto.
- Utilizar solo la prótesis dental para comer.
- Evitar alcohol y cualquier clase de tabaco.
- Si dolor a la ingesta de líquidos, debe consultar con su médico.
- Si fiebre acudirá a urgencias.
Es la alteración en la cantidad y calidad de la saliva. Se acompaña de la sensación de sequedad de boca.
¿Qué hacer?
- Mantener una buena higiene bucal después de cada comida.
- Enjuagar la boca antes de las comidas con una cucharadita de zumo de limón diluído con agua.
- Evitar los alimentos secos y fibrosos (frutos secos, galletas o biscotes).
- Beba abundantes líquidos. Tome pequeños sorbos de agua durante la comida, le ayudará a tragar.
- Coma poca cantidad pero frecuentemente, mejor alimentos líquidos o blandos. Corte los pedazos en tamaño pequeño.
- Utilice vinagre y zumo de limón para aliñar los alimentos.
- Tome alimentos muy dulces (si no hay contraindicación por su médico, para aumentar la salivación).
- Tome caramelos, chicles sin azúcar y trocitos de hielo hechos de limonada.
- Existe la saliva artificial, de venta en farmacias, que podrá utilizar tras consejo médico.
- Evitar los alimentos pastosos y aceitosos como la leche.
- Si existe irritación de la mucosa oral, realizar enjuagues con infusiones de tomillo.
Se refiere a la caída del cabello, es más frecuente a nivel de cuero cabelludo. Va a depender de la dosis y del tipo de tratamiento, además de un factor individual. Según el fármaco comienza 2-3 semanas después del tratamiento y se recupera totalmente a los 3-6 meses post tratamiento. En ocasiones el nuevo cabello es de características diferentes.
¿Qué hacer?
- Cortar o rapar el pelo en cuento comience la caída, así evitará la caída de mechones largos.
- Usar champú neutro para el cuero cabelludo.
- Usar cepillo suave.
- No use secador o hágalo con aire frío.
- No use lacas, tientes o permanentes (puede usar tiente vegetal sin agua oxigenada).
- Cuando decida si se va a cubrir la cabeza, puede hacerlo con un gorro, pañuelo y/o turbante. Si decide usar peluca debe encargarla con antelación con objeto de conservar el color de su cabello y peinado.
- Si por el contrario decide llevar la cabeza al descubierto, deberá hacer uso de protectores solares.
Durante el tratamiento la piel tiende a estar más deshidratada y es posible que aparezcan zonas más oscuras, secas, descamadas o con grietas. También puede aparecer prurito (picor) o eritema (enrojecimiento).
Las uñas se vuelven de color oscuro, quebradizas, rompiéndose con facilidad y suelen aparecer bandas verticales en ellas.
Unos meses más tarde, después de finalizar el tratamiento, su piel estará más recuperada y podrá recibir los cuidados habituales.
Algunos tratamientos provocan erupciones en la piel que aparecen fundamentalmente en cara, cuello, detrás de las orejas, espalda, parte superior del tórax y cuero cabelludo, pudiendo afectar a otras zonas, pero siempre respetando las palmas de las manos y las plantas de los pies.
Puede aparecer hiperpigmentación en el trayecto de las venas en la que se administra el tratamiento. También podría aparecer dermatitis palmo-plantar o síndrome de manopie.
Algunos fármacos pueden producir alteraciones sensitivas, como hormigueo, edemas, eritema (enrojecimiento) simétrico, intenso y bien delimitado. Puede empeorar progresivamente. Afecta inicialmente a palmas de manos y pies. Puede llegar a otras zonas corporales.
¿Qué hacer?
- Higiene diaria.
- Utilizar jabones neutros.
- Si tiene la piel seca, evite baños calientes y prolongados, le resecarán aún más.
- Evitar las colonias y lociones cutáneas que contengan alcohol.
- Utilizar crema hidratante diaria, en zonas de roce y alrededor de las uñas.
- Proteger las uñas con guantes para la realización de tareas domésticas.
- El sol puede potenciar los efectos secundarios de los tratamientos en la piel (fotosensibilidad). Para ello se recomienda utilizar sombreros, sombrilla, gorra, manga larga y protección solar (pantalla total).
- La depilación debe hacerse con pinzas o maquinilla eléctrica.
- No hacerse tatuajes, ni piercing durante el tratamiento.
- Si se lesiona la piel, limpie con agua y con jabón y aplique antiséptico. Vigilar que no aparezcan signos y síntomas de alarma en la zona como enrojecimiento y dolor.
- Si tiene zonas hiperpigmentadas en la piel, no utilice productos para evitarlo.
Los tratamientos no actúan exclusivamente sobre la célula tumoral, también afectan a las células sanas, especialmente a las que tienen gran capacidad de renovación, como son las células sanguíneas. Aparece entre la primera y tercera semana del tratamiento. En función d la severidad puede afectar a la calidad de vida del paciente, precisando en ocasiones retrasar los tratamientos o incluso modificarlos.
Anemia:
Es la afectación de los glóbulos rojos, encargados de transportar el oxígeno a todas las células del cuerpo.
Produce síntomas de debilidad, cansancio, palpitaciones, sensación de falta de aire a pequeños esfuerzos.
Depende del tipo de tratamiento, dosis y tipo de tumor.
Se trata con hierro, estimulantes de la médula ósea y/o transfusiones según los casos.
¿Qué hacer?
- Descansar a media tarde y por la noche.
- No hacer esfuerzos.
- Limitar la actividad.
- Dieta sana y equilibrada.
Neutropenia. “Bajada de defensas”:
Es la bajada de glóbulos blancos encargados de defender al organismo de las infecciones.
Puede cursar con fiebre o signos y síntomas de infección.
¿Qué hacer?
- Evitar el contacto con personas que pudieran tener algún proceso infeccioso.
- Informar al médico de la intención de vacunarse.
- Mantener higiene adecuada de manos, boca y cuerpo.
- Evitar cambios bruscos de temperatura, corrientes de aire.
- Evitar heridas, y si se producen, lavar con agua y jabón y aplicar antiséptico.
- Evitar el contacto con excrementos de animales.
- Poner especial cuidado en la higiene de manos antes de las comidas y después de ir al baño.
- Preferir alimentos cocinados a los crudos. La fruta que se pueda pelar o al horno.
- Mejor usar olla a presión para cocinar.
- Evitar huevo crudo, fiambres, quesos azules, nata y crema.
Plaquetopenia. Bajada de plaquetas.
El síntoma más frecuente es el sangrado por cualquier localización o hematomas sin causa justificada. Se trata con infusión de plaquetas.
¿Qué hacer?
- Utilizar cepillo de dientes suave.
- Usar protectores gástricos.
- Evitar tomar aspirinas y semejantes.
- Evitar el estreñimiento y el uso de enemas y laxantes fuertes.
- Evitar el riesgo de traumatismos y heridas.
- Precaución especial con instrumentos cortantes como cuchillas de afeitar, tijeras y cuchillos.
La alteración del sueño es un síntoma frecuente relacionado, tanto con la situación de estrés, como con los tratamientos.
¿Qué hacer?
- Ejercicios de relajación al acostarse.
- Crear ambiente de relajación (oscuridad, no ruidos, temperatura adecuada).
- Evitar las interrupciones del sueño (orinar antes de acostarse, no tomar líquidos antes de dormir).
- Evitar alimentos pesados antes de dormir.
- Evitar bebidas alcohólicas, cafeína y fumar.
- Hacer ejercicio no más tarde de 2 horas antes de acostarse.
- Mantener el mismo horario de sueño.
Hay fármacos capaces de producir toxicidad que se manifiesta con pérdida de conciencia, letargo, alteración en la marcha y dificultad en el habla.
Otros fármacos provocan lesiones en los nervios periféricos que controlan órganos y miembros, y en este caso, se puede producir sensación de hormigueo en manos y pies, llegando incluso a ser dolorosa. Depende del tipo de fármaco y de la dosis.
¿Qué hacer?
- En caso de confusión, letargo, alteraciones en la marcha o dificultad en el habla, acudir a urgencias.
- En caso de hormigueos y/o dolor en las extremidades, debe comentarlo a su oncólogo/a el día de la consulta.
- Proteger manos y pies de temperaturas extremas. Algunos fármacos requerirán especial protección contra el frío; enfermería le dará las recomendaciones específicas.
- Usar ropa ancha y calzado cómodo.
Algunos tratamientos producen alteración a nivel del músculo cardíaco o taquicardias, y puede estar relacionado con la dosis. Su médico velará porque esto no ocurra, o sea lo menor posible.
¿Qué hacer?
- Informar a su médico si padece un problema de corazón.
- Comunicar sensación de palpitaciones, ahogo, o hinchazón de pies.
Algunos fármacos se eliminan por riñón y pueden producir lesiones en todas las estructuras que intervienen en la eliminación de la orina. Los efectos pueden ir desde la cistitis hasta cierto grado de insuficiencia renal.
¿Qué hacer?
- Beber al menos 2 litros de agua los dos días siguientes al tratamiento y más de 1 litro la semana posterior.
- En caso de tener prescrita medicación protectora de las vías urinarias, deberá tomarla como se lo indique enfermería.
Por el efecto de algunos fármacos se puede producir toxicidad en los pulmones, que puede ser agravada por otros tratamientos, como la radioterapia, o por sustancias como el tabaco.
Generalmente se manifiesta con síntomas como la tos, la sensación de falta de aire, molestias en el pecho, debilidad y cansancio.
¿Qué hacer?
- En caso de presentar algún síntoma comentarlo con su médico.
- Abandonar el tabaco.
La disfunción sexual tiene frecuentemente origen físico y psicológico, aunque también puede ser debida a los tratamientos y a las alteraciones hormonales que pueden producir.
Los problemas más frecuentes son:
También pueden producirse alteraciones en óvulos y espermatozoides que afectan a la fertilidad transitoria o definitivamente.
¿Qué hacer?
- Solicitar información sobre la posibilidad de infertilidad con los tratamientos y la preservación de óvulos y semen.
- Solicitar información sobre los efectos físicos y psicológicos que puedan aparecer sobre el deseo sexual y la función eréctil.
- Emplear métodos anticonceptivos eficaces y de barrera, por el riesgo asociado a alteraciones genéticas y en el feto, para la prevención de infecciones de transmisión sexual y para evitar el paso de los tratamientos a través de las mucosas.
- Utilizar lubricante al agua antes del inicio de las relaciones sexuales con penetración.
- Apoyo psicológico.
Ojos.
Se suelen manifestar como conjuntivitis, fotofobia y pérdida de visión.
¿Qué hacer?
- Usar gafas de sol de óptica (tienen filtro solar)
- Usar lágrimas artificiales.
- Tratamiento médico si precisa.
Oídos.
Algunos tratamientos producen disminución de la audición y ruidos.
Gusto y olfato.
Algunos tratamientos son capaces de alterar el gusto y el olfato provocando en ocasiones un sabor metálico.
¿Qué hacer?
- No comer con cubiertos de metal.
- Especiar las comidas con condimentos suaves o limón.
- Masticar piña.
- Tomar infusiones de menta.
- Comer caramelos y chicles sin azúcar.
- Procurar no cocinar y tomar las comidas templadas para no potenciar el sabor.
Tacto.
En algunas ocasiones se producen alteración de la sensibilidad por afectación de los nervios periféricos, lo que puede limitar algunas actividades cotidianas como abrocharse los botones.
El dolor es una experiencia desagradable que impide que la persona tenga una buena calidad de vida. La mayoría de los pacientes diagnosticados de cáncer tienen miedo a sufrirlo.
El dolor puede ser causado por la propia enfermedad, ser un efecto secundario de los tratamientos o que no tenga relación con nada de lo anterior.
El dolor puede ser constante o intermitente y variable en intensidad. En él influyen muchos factores como la cultura, la edad, el estado de ánimo, el estrés…
Gracias a los avances de la medicina existen tratamientos y técnicas eficaces para tratar y aliviar el dolor. En la mayoría de los pacientes puede aliviarse con el tratamiento que su médico/a considere oportuno, con el apoyo del equipo sanitario y con el de la familia.
Existen otras opciones para tratar el dolor además de las farmacológicas, como son las técnicas de relajación que ayudarán a paliar el estrés.
¿Qué hacer?
- Si tiene dolor, COMUNÍQUELO. A veces los pacientes no comunican el dolor por miedo a que le cause adicción, a los efectos secundarios o por creer que es normal tener dolor.
- Consulte con su médico/a las opciones para tratar el dolor, las consecuencias de los efectos secundarios en su vida diaria (conducir, trabajar, salir a pasear, etc.), y cómo aliviarlas.
- Si tiene tratamiento prescrito para el dolor, siga un horario regular en la toma de los analgésicos, no saltándose ninguna dosis aunque en ese momento no le duela.
- Si NO DISMINUYE EL DOLOR con el tratamiento prescrito, deberá consultar al personal sanitario que le atienda.
La dieta mediterránea es un patrón alimentario que se complementa con la práctica del ejercicio físico. Se basa en el consumo de verduras, legumbres, fruta, pescado, carnes blancas, pasta, arroz y frutos secos. Otro de los ingredientes más recomendados es el aceite de oliva virgen extra. La dieta Mediterránea también tiene en cuenta las recetas típicas de estos lugares, elaboradas con productos de temporada, así como las formas de cocinar tradicionales y otros factores culturales, como el hábito de las comidas compartidas en familia o con amigos, las tradiciones y las celebraciones.
Decálogo de la dieta mediterránea:
- Utilizar el aceite de oliva como principal grasa de adición.
- Consumir alimentos de origen vegetal en abundancia. Frutas, verduras, legumbres y frutos secos.
- El pan y los alimentos procedentes de cereales ( pasta, arroz y especialmente sus productos integrales) deberán formar parte de la alimentación diaria.
- Los alimentos poco procesados, frescos y de temporada son los más adecuados.
- Consumir diariamente productos lácteos (si no están contraindicados), principalmente yogurt y quesos.
- La carne roja tendrá que consumirse con moderación y si puede ser como parte de guisos y otras recetas; y las carnes procesadas en cantidades pequeñas.
- Consumir pescado en abundancia ( mejor el azul) y huevos con moderación.
- La fruta fresca es el postre habitual. Los dulces y pasteles deberían consumirse ocasionalmente.
- El agua es la bebida por excelencia.
- Realizar actividad física todos los días, ya que es tan importante como comer adecuadamente.
Los tratamientos pueden acarrear grandes cambios en su vida, afectando su estado general de salud, amenazando su sensación de bienestar, interrumpiendo su rutina diaria e imponiendo una carga en sus relaciones con los demás. Es normal que sienta tristeza, ansiedad, enojo, y sufra cambios de carácter.
Tratar de compartir sus preocupaciones con personas de su entorno y pedir ayuda cuando lo necesite, puede ser muy importante para vivir esta etapa de la mejor manera.
Además puede obtener apoyo de personal médico y de enfermería, otros profesionales, grupos de apoyo y asociaciones.
Las técnicas de relajación pueden ayudar a su bienestar ayudando a conciliar el sueño, reducir la ansiedad y a tener más energía, entre otros beneficios.
Normas generales para relajarse:
- Elegir un lugar tranquilo, con temperatura agradable y sin distracciones.
- Colocarse en una postura cómoda.
- Vestir ropa cómoda, si es holgada mejor.
- No cruzar las piernas, ni los brazos.
- Inicie la relajación cerrando los ojos y piense en algo agradable.
- Concéntrese en su respiración.
- También puede realizar relajación muscular progresiva, visualización, distracción, musicoterapia, hipnosis, terapia cognitiva, psicoterapia, etc.
Otras recomendaciones.
- Aprenda a decir “NO”. Si le cuesta decirlo, busque una persona que lo diga por usted.
- Mantenga sus actividades lúdicas, disfrute con aquellas cosas que le gustan.
- Intente salir de casa cada día.
- No intente abarcar todo, céntrese en lo verdaderamente importante para usted.
- Relaciónese con aquellas personas con las que se encuentra a gusto. Evite los compromisos que no le resulten gratos.
- Todo ser humano, religioso o no, posee su propia espiritualidad, entendida como la búsqueda del sentido de la vida. Tenerlo en cuenta puede ayudarle en el proceso de la enfermedad.
- Durante su estancia en el hospital procuraremos atenderle de acuerdo a sus creencias.
A lo largo de los tratamientos usted se puede encontrar en alguna situación en la que es necesario tomar una decisión: bien esperar a la próxima visita para comunicar a su médico/a un síntoma o bien, acudir sin demora.
Debe acudir sin demora al hospital si entre ciclo y ciclo se aprecia:
- Fiebre por encima de los 38º, sobre todo si se acompaña de síntomas como tos con expectoración purulenta, cansancio extremo, dolor o hemorragia al orinar, inflamación en la zona del catéter o cualquier otro síntoma asociado con deterioro de su estado general.
- Aparición de hematomas y/o hemorragias sin traumatismo previo.
- Pérdida de fuerza o sensibilidad en un brazo o pierna.
- Pérdida de conocimiento.
- Cansancio extremo de forma súbita.
- Taquicardias.
- Vómitos y diarreas importantes y persistentes que no ceden con tratamiento médico.
- Mucositis que le impida ingerir alimentos blandos o líquidos.
Son tratamientos para luchar contra el cáncer que consisten en la administración, generalmente por vía intravenosa, de medicamentos que impiden el desarrollo de las células tumorales ya existentes y el crecimiento de otras nuevas, y así poco a poco se va reduciendo el tumor. Algunas veces la desaparición del mismo puede ser total, provocando la curación del paciente, pero en otras ocasiones, puede volver a aparecer al cabo de un tiempo, por lo que habrá de realizarse revisiones periódicas.
Un inconveniente es que estos medicamentos, que van por la sangre, llegan a todas las partes del cuerpo y atacan tanto a las células tumorales como a las del organismo, provocando también en ellas alteraciones, sobre todo en aquellas de crecimiento rápido, como las del pelo, intestino, sangre… Esto puede dar lugar a los efectos secundarios de los que hablaremos más adelante.
El tipo de tratamiento dependerá de la enfermedad tumoral y del propio paciente y, debido a su toxicidad, estos medicamentos se administrarán dejando unos días entre sesiones. Es lo que llamamos un “ciclo de tratamiento”, para que las células del organismo descansen y se recuperen.
Antes de un nuevo ciclo será necesario realizar una analítica para ver las condiciones en que se encuentran las “defensas”. Se trata de la comprobación por el Oncólogo de que no existe una toxicidad sobre la sangre o los riñones, que haga peligrosa una nueva administración.
Es el lugar donde se administrará el tratamiento oncológico de forma ambulatoria. Para ello se le canalizará una vía venosa, o bien se accederá a su catéter central en caso de tenerlo. Será atendido y acompañado por personal de Enfermería, Auxiliar y Celador, así que no dude en consultar cualquier cosa que necesite. Si podemos solucionarlo lo haremos.
Posiblemente en algún momento su médico o enfermera le indique la posibilidad de colocarse un catéter de este tipo, ya sea porque el esquema de tratamiento lo requiera (infusores a domicilio), porque tenga un mal acceso venoso (venas frágiles, difíciles de canalizar o ya castigadas por los tratamientos), o porque el tratamiento sea irritante para las venas.
Existen dos tipos:
Queda oculto bajo la piel en la zona anterior del tórax generalmente, y se compone, en un extremo, de una membrana, donde se pincha, que queda unida al catéter que se implanta en la vena (con mayor frecuencia en el tórax). Su colocación se realiza en quirófano ambulatorio. Se puede utilizar para la administración de tratamientos, extracciones de sangre y contrastes (éste último cuando lo permita el calibre del catéter). Mientras dure el tratamiento intravenoso, enfermería de hospital de día se encargará de mantener limpio el catéter. Una vez finalice su tratamiento, la limpieza deberá realizarse cada mes en el Edificio de Laboratorio de este hospital o en su Centro de Salud.
El PICC es un catéter largo y flexible que se inserta en el brazo en la Consulta de Enfermería de Accesos Venosos, donde le facilitarán la información para su cuidado. Llega desde el brazo a la vena cava superior, antes del corazón. Podrá utilizarlo hasta 12 meses. Necesita mantenimiento cada 7-10 días,que consistirá,en cambiar el apósito y comprobar funcionamiento.
La administración de algunos fármacos requiere de una perfusión contínua. Con el uso de estos dispositivos de infusión contínua, a través del reservorio o del PICC, se evita el ingreso y el enfermo puede marcharse a casa. Este sistema es de cómodo transporte, lleva en su interior un globo de silicona que contiene el fármaco y que lo va inyectando poco a poco al ritmo deseado. Cuando finalice la infusión (cuando el globo esté completamente vacío), deberá acudir a su centro de salud o al hospital de día para su retirada. La enfermería del hospital de día le informará de los cuidados pertinentes.
BIBLIOGRAFÍA