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El ojo está constituido, muy esquemáticamente, por tres capas dispuestas concéntricamente. La más externa sirve de soporte estructural; la intermedia nutre y apoya a las capas externa e interna por medio de su extensa red de vasos sanguíneos; y por último la capa interna se encarga de la función fundamental del ojo: la visión. Cuando la capa intermedia, o úvea, se inflama, decimos que está teniendo lugar una uveítis. Las uveítis pueden ocasionar daños oculares variables, en función de la causa y el grado de inflamación generado.
La úvea se divide anatómicamente en tres partes. Tomando esta clasificación anatómica se subdivide a las uveítis en varios tipos, dependiendo de la parte de la úvea que se vea afectada:
En no pocas ocasiones no se llega a saber qué ha causado el episodio de uveítis. En otras sí de detecta un posible origen de la inflamación, y en estos casos se puede identificar un agente infeccioso (bacterias, virus, hongos…), un origen autoinmune, o bien un traumatismo en el ojo.
Como la úvea en realidad se constituye por múltiples estructuras que se extienden por todo el ojo, con funciones muy variadas (desde limitar la luz que entra en el ojo por medio del iris, hasta aportar oxígeno y alimentos y retirar deshechos de la retina), cuando se inflama se pueden presentar síntomas muy variados. Los síntomas más comunes y que deben motivar una visita al oftalmólogo son:
Estos síntomas pueden aparecer de forma brusca e intensa en pocas horas o días, o bien generarse más lentamente, en semanas e incluso meses. La lenta progresión de algunas uveítis puede hacer que pasen desapercibidas para quien las sufre, pero deben ser también valoradas por un oftalmólogo en urgencias o en consulta reglada.
El facultativo especialista en Oftalmología realizará un examen oftalmológico completo a fin de detectar los signos y hallazgos concordantes con inflamación de las estructuras oculares antes referidas y las complicaciones que la inflamación genera.
Si fuese preciso, en nuestra unidad se dispone de la capacidad de realizar los estudios etiológicos pertinentes, así como de la posibilidad de estudio multidisciplinar, consensuando diagnóstico y tratamiento con otras especialidades médicas involucradas en el proceso inflamatorio concreto.
Su médico oftalmólogo, en función del tipo de uveítis, puede decidir tratar la inflamación o bien, si sospecha un origen concreto de la misma, intervenir además sobre el agente causal. Los tratamientos son variados, pero a modo general, en uveítis se emplean distintos fármacos antiinflamatorios. En la mayoría de los casos suele ser también necesario aplicar colirios que dilatan la pupila, a fin de evitar complicaciones de la inflamación en el interior del ojo.
Anualmente en el Hospital Universitario Virgen del Rocío se atienden unas 900 consultas por uveítis únicamente en su consulta específica. Asimismo, según proceda, se atienden casos de uveítis en otras consultas de oftalmología general y en consulta de urgencias.
El seguimiento y tratamiento de uveítis en nuestra especialidad tiene lugar en diferentes consultas:
Si sospechas que puedas presentar alguno de los síntomas comentados en apartados superiores no dudes en consultar con tu Médico de Atención Primaria, que valorará tu caso. Si lo cree conveniente, iniciará el proceso de derivación a nuestras distintas instalaciones. #SomosHUVR #OftalmologiaHUVR #MiramosPorTi
Fechas señaladas: 28 de febrero día mundial de las enfermedades minoritarias y de las uveítis