Las medicinas que se usan para tratar el dolor se llaman analgésicos y algunas de ellas sirven también para tratar la fiebre.
Cuidados en casa:
- En casa se utilizarán los analgésicos más comunes (paracetamol e ibuprofeno)
- Administrar un analgésico no va a dificultar el diagnóstico de la enfermedad que tenga el niño. Debe administrarlo cuando aparezca el dolor, una vez calmado el dolor, se puede ir a visitar al pediatra para saber el origen del mismo y poder curarlo.
- Las dosis a utilizar, en principio, es la misma que la administrada para bajar la fiebre. El efecto no es inmediato, hay que dar tiempo. Los analgésicos tardan alrededor de 20 o 30 minutos en comenzar a hacer efecto y llegan a su punto de acción máxima 1-2 horas después.
- Los analgésicos pueden producir efectos no deseados. La mejor forma de evitar la aparición de estas reacciones adversas es seguir las indicaciones dadas por su pediatra en cuanto a la cantidad a administrar y el intervalo entre toma y toma.
El paracetamol es el más seguro. El ibuprofeno, en ocasiones, puede provocar molestias en el estómago, náuseas, vómitos. Por eso, es más adecuado el paracetamol cuando el niño tiene vómitos o dolor abdominal.
Aunque sean seguros, es importante recordar la no administración de estos medicamentos cuando no son necesarios.
Consultar si:
- Si este tratamiento no consigue controlar el dolor.