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El reflujo gastroesofágico consiste en el retorno del contenido del estómago hacia el esófago/cavidad oral. Es frecuente en el niño pequeño (de hecho, es normal en los menores de 6 meses) y suele ocurrir tras las tomas. Si el niño come bien, está tranquilo y gana peso con normalidad, no debe preocuparse.
– No es necesario realizar ningún tratamiento. El reflujo se resuelve solo con el tiempo.
– Se recomienda mantener en posición incorporada, fundamentalmente después de la ingesta, evitando acostarlo inmediatamente después de las tomas.
– Procure que el niño no ingiera aire durante la toma. Para ello:
* Si toma el pecho, con la boca debe abarcar toda la areola, no solo el pezón.
* Si toma biberón, mantenga una adecuada inclinación. En ocasiones son útiles las tetinas especiales anti-regurgitaciones.
– Ofrezca menor cantidad de alimento y fraccione las tomas.
– Facilite que el niño eructe varias veces durante la ingesta. Puede colocarlo sobre el hombro y darle unas “palmaditas” suaves en la espalda o mantenerlo sentado y masajear suavemente su abdomen.
– Evite pañales apretados.
– Aparecen vómitos con sangre o de color verdoso.
– No experimenta mejoría con las medidas explicadas, presenta irritabilidad marcada al comer o al acostarse o no gana peso adecuadamente.
Seguimiento por su Pediatra de Atención Primaria.