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Cuando un insecto (mosquito, avispa, abeja, pulga, etc) pica, introduce sustancias en el cuerpo que irritan la piel, haciendo que aparezcan “ronchas” en la zona en la que han picado. Además, las reacciones en algunas personas (especialmente en caso de antecedente personal de atopia) son más intensas.
En un primer momento, se recomienda lavar la zona con agua y jabón. Puede ser útil elevar el miembro afecto y aplicar frío local para reducir la inflamación y/o dolor, si lo hubiera. En el caso concreto de picaduras de abejas, es conveniente extraer el aguijón lo antes posible si ha quedado clavado en la piel.
Si el niño presenta muchas picaduras, el picor es intenso y está molesto, puede aplicar tratamiento tópico de venta en farmacias para favorecer alivio sintomático. El médico valorará, además, la indicación de medicación oral.
– Mantener piel limpia y seca.
– Para combatir el picor se puede administrar un antihistamínico vía oral.
– Presenta lesiones generalizadas en la piel tras picaduras de abejas, avispas o abejorros.
– Si la lesión se inflama progresivamente o está roja, caliente y es dolorosa y/o asocia fiebre.
– Si presenta reacción local extensa o presenta inflamación de la boca, nariz o cuello.
– Ante aparición de dificultad respiratoria, palidez cutánea y/o decaimiento.