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Las hemorragias nasales son comunes. Suelen ser causadas por la sequedad dentro de la nariz junto con la irritación de pellizcarse o sonarse la nariz. En los niños es muy frecuente cuando están acatarrados y puede ocurrir mientras duermen.
Pueden ser causadas también por una lesión, clima seco, medicamentos o un objeto en las fosas nasales.
Generalmente son leves y la mayoría se detendrá presionando suavemente las fosas nasales durante 10 a 20 minutos. La postura del niño debería ser sentado o de pie, con la cabeza en la posición habitual, o hacia delante, no se debe echar hacia atrás. A veces se necesita taponar la nariz con gasa para detener el sangrado.
Después de una epistaxis, la zona de la nariz que ha sangrado permanece muy sensible y puede sangrar ante cualquier roce, por lo que conviene evitar tocarse la nariz y practicar deportes de contacto (judo, kárate, rugby, etc.) durante unos días.
En algunos niños las epistaxis se repiten sin causa aparente. Esos casos suelen producirse por mínimos golpes en la nariz como rascarse, hurgarse, etc. que hay que evitar.
Cuidados en casa:
Vigilar en casa y consultar de nuevo si: