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En verano, y al sol, los niños pueden sufrir un golpe de calor.
Temperatura elevada, sudoración, dolor de cabeza, nauseas/vómitos, inestabilidad, calambres musculares o pérdida del conocimiento, y, en ocasiones, cuadros graves.
– Evite la exposición solar en las horas de más calor
– Dele agua (o en menores de 6 meses, ofrezca lactancia) más a menudo
– Protéjale del sol: gorra, protección solar
– Vista al niño con ropa ligera y de colores claros
– Nunca deje a su hijo en un automóvil
– Trasladar a un lugar fresco
– Tumbar
– Refrescar con agua en cara, axilas, mojar con agua vaporizada, usar ventilador, abanico
– Ofrecer agua