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Es una enfermedad de la piel muy frecuente en los niños, habitualmente cursa en brotes y la lesión típica es el eccema, caracterizado por enrojecimiento y picor, junto a piel “áspera” y seca.
MANTENIMIENTO (NO en brotes):
– Aplicación diaria de cremas hidratantes o emolientes específicas para pieles atópicas. Deben ser aplicadas todos los días, varias veces si es necesario, por todo el cuerpo, preferentemente después del baño con la piel aún húmeda.
– Ducha o baño con agua templada y no más de 5-10 minutos; utilizando geles específicos para pieles atópicas. Secar la piel de forma suave, sin frotar, con una toalla de algodón.
– Utilizar ropa de algodón suave, transpirable y holgada. Cortar las etiquetas de las prendas.
– Mantener las uñas cortas y limpias. Evitar: sudoración, ambientes excesivamente fríos o calurosos, exposición a polvo o pelo de animales.
DURANTE UN BROTE:
(Lactantes/cara/axilas) hidrocortisona acetato cada 12 horas.
(Lesiones cronificadas o en extremidades): metilprednisolona cada 24 horas
Seguimiento por su pediatra de atención primaria.
– Si alguna de las lesiones adopta mal aspecto, está inflamada, caliente y es dolorosa.
– Si empeora de forma llamativa a pesar del tratamiento, aunque siempre es mejor que el seguimiento lo realice su pediatra habitual.