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Un catarro es una infección viral que puede producir alguno o varios de los siguientes síntomas: Tos, congestión, secreción nasal, dolor de garganta y fiebre. Los antibióticos no sirven y los jarabes anticatarrales tampoco son eficaces. Por lo general los catarros mejoran en unos 5-7 días, tras lo cual puede persistir tos residual durante varias semanas (para dicha tos tampoco existe tratamiento eficaz que no sea asegurar una buena hidratación).
– Es normal que el niño no quiera comer las cantidades de siempre. Sí debe tomar líquidos con frecuencia.
– Se recomienda realizar lavados nasales con frecuencia, fundamentalmente antes de las tomas, y mantener en posición semi-incorporada (elevando el cabecero de la cama o cuna). En lactantes pequeños, valorar individualmente aspiración de secreciones visibles.
– Controle la temperatura y administre el antitérmico recomendado habitualmente por su pediatra si la fiebre supera los 38ºC o se acompaña de mucho disconfort (irritabilidad/llanto).
– Si empeora el estado general, el niño está decaído, somnoliento o muy irritable.
– Si tiene coloración pálida, gris o azulada.
– Si presenta dificultad para respirar.
– Si no orina en 12 horas o no está comiendo al menos la mitad de lo que suele comer al día.
– Si persiste fiebre (temperatura superior a 38ºC) tras 48-72h.
Seguimiento por su pediatra de Atención Primaria.