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Las cardiopatías congénitas son defectos estructurales del corazón y de los grandes vasos resultantes de un desarrollo embrionario alterado. Se presentan desde el nacimiento e incluso antes, desde la etapa fetal y constituyen la primera causa de muerte en el primer año de vida. No obstante, sólo en el 40%-50% de los casos serán sintomáticas durante las primeras edades de la vida y algunas cardiopatías congénitas son de desarrollo posnatal.
El desarrollo experimentado por la cirugía cardiovascular y la cardiología pediátrica durante el siglo XX ha supuesto un impresionante programa de recuperación de niños que estaban condenados a morir. Actualmente más del 90% sobreviven hasta la edad adulta y se estima una prevalencia de 250 adultos con cardiopatía congénita en España, lo que supone unos 120.000 casos atendidos en el Sistema Nacional de Salud. Ya se trate de casos con supervivencia natural o supervivencia postoperatoria, la población adulta con una cardiopatía congénita es actualmente incluso más numerosa que la pediátrica.
Junto a este carácter multidimensional, las cardiopatías congénitas precisan de un desarrollo específico en materia de investigación con el fin de avanzar en el conocimiento de la historia post-quirúrgica así como en la implementación de nuevas terapias.
La Sección de Cardiología Pediátrica del Hospital Infantil Virgen del Rocío constituye un centro de referencia para cardiopatías congénitas en edad infantil de Andalucía desde los años 70. La continuidad de la atención especializada cuando el paciente alcanza la edad adulta se lleva a cabo mediante la transferencia a la Unidad de Cardiopatías Congénitas del Adulto desde el año 2007.
La Unidad de Cardiopatías Congénitas del Adulto (UCCA) del Hospital General Virgen del Rocío se integra en la Unidad de Gestión Clínica de Cardiología y Cirugía Cardiovascular y fue designada como Unidad de referencia del sistema nacional de salud (CSUR) en el año 2018, integrándose en año 2022 en la European Reference Network for rare and low prevalence complex disease of the heart (ERN-Guard Heart ) como miembro de pleno derecho.
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Las cardiopatías congénitas son malformaciones estructurales del corazón y/o de los grandes vasos presentes desde el momento de nacer. Con una prevalencia estimada entre 4 y 10 casos por cada 1.000 nacidos vivos, constituyen las malformaciones más frecuentes y, al menos, 6 de cada 1.000 afectados presentan una cardiopatía moderada o grave. Algunos individuos con cardiopatías congénitas sobreviven espontáneamente. Es el caso de cardiopatías más benignas, que no requieren intervención o que la necesitarán sólo en la fase adulta, y de algunas cardiopatías cianóticas inoperables. Sin embargo, la mayoría sobreviven gracias a procedimientos correctores o paliativos realizados en la infancia.
CAUSAS:
Las cardiopatías congénitas se producen porque el corazón no se desarrolla normalmente mientras el bebé está creciendo en el útero. El periodo crítico está entre la tercera y la octava semana del desarrollo intrauterino. Con frecuencia no llegamos a identificar la causa última por la que se producen y se consideran multifactoriales. Los principales factores que se relacionan con el riesgo de padecer una cardiopatía congénita son:
TIPOS DE CARDIOPATÍAS CONGÉNITAS:
Hay muchos tipos de cardiopatías congénitas. Las anomalías más frecuentes afectan las paredes internas del corazón, las válvulas cardíacas o los grandes vasos que transportan sangre hacia y desde el corazón.
Algunas anomalías son simples y pueden llegar a la vida adulta sin necesitar tratamiento. Las comunicaciones interauriculares e interventriculares, el conducto arterioso persistente y la estenosis de la válvula pulmonar son ejemplos de cardiopatías simples.
Otras cardiopatías congénitas moderadas o complejas son críticas y requieren cirugía o intervenciones con catéter poco tiempo después de nacer. La Tetralogía de Fallot y la coartación de aorta constituyen los tipos más frecuentes de cardiopatías congénitas moderadas. Otras cardiopatías congénitas críticas son la doble salida del ventrículo derecho; la transposición de los grandes vasos; la anomalía de Ebstein; el síndrome de hipoplasia del ventrículo izquierdo; la atresia pulmonar con tabique interventricular intacto; la atresia de la válvula tricúspide; el ventrículo único; el retorno venoso pulmonar anómalo total y el truncus arteriosus.
SÍNTOMAS:
Los síntomas dependen del tipo de cardiopatía y de la edad del paciente.
Las cardiopatías más complejas suelen manifestarse en período neonatal o infancia precoz y los síntomas más habituales son la cianosis (coloración azulada de la lengua y mucosa oral) y la insuficiencia o bajo gasto cardiaco. Se consideran síntomas de insuficiencia cardiaca la aparición de polipnea o sudoración con las tomas, escasa ingesta o un tiempo prolongado en completarla, todo ello redundando en un estancamiento ponderal o falta de medro. A medida que los pacientes crecen y su actividad física aumenta, la incapacidad de seguir el ritmo de sus compañeros es también un dato que sugiere insuficiencia cardiaca.
En los adultos predominan síntomas relacionados con las lesiones residuales tras los procedimientos de reparación en la infancia, manifestaciones debidas a cardiopatías simples que han pasado desapercibidas hasta ese momento o derivadas de cardiopatías adquiridas, como la cardiopatía isquémica. Estos síntomas son fundamentalmente intolerancia al esfuerzo físico, signos de congestión venosa y palpitaciones.
DETECCIÓN PRECOZ Y DIAGNÓSTICO:
Cribado prenatal:
Actualmente las cardiopatías congénitas se diagnostican en un 80-85% de los casos con ecocardiografía durante la vida fetal. Es probable que el médico le recomiende un ecocardiograma fetal durante el embarazo si la ecografía de rutina muestra algún signo de que el bebé en desarrollo pueda tener una anomalía cardíaca o si tiene factores de riesgo para una cardiopatía congénita.
Diagnóstico postnatal:
El diagnóstico detallado en el que basar el tratamiento se hace generalmente en el periodo postnatal. Se basa en la historia clínica, exploración física, electrocardiograma y pulsioximetría, pruebas no invasivas (pruebas de imagen, pruebas de esfuerzo, monitorización ambulatoria del electrocardiograma y de la presión arterial) y, sólo en casos seleccionados, pruebas invasivas (cateterismo diagnóstico).
Entre las pruebas no invasivas, el ecocardiograma es la herramienta más importante para el diagnóstico y seguimiento de las cardiopatías congénitas. Es inocua y rápida, ofrece información sobre la anatomía cardiaca básica, los defectos septales y la patología valvular y sigue siendo la técnica de primera línea en el la evaluación de la función del ventrículo izquierdo, ventrículo derecho o ventrículo único. Desempeñan también un papel complementario fundamental en el estudio de estos pacientes la resonancia magnética cardiaca y la tomografía computarizada (TC). Estas técnicas permiten solventar las limitaciones del ecocardiograma y proporcionan imágenes de tal calidad que han reducido en gran medida los cateterismos diagnósticos, especialmente en adolescentes y adultos.
Idealmente, el seguimiento de los pacientes con cardiopatías congénitas debe realizarse con ergoespirometría, que incluye la evaluación de la capacidad objetiva de ejercicio, la eficiencia ventilatoria, la respuesta de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial, así como la inducción de arritmias o desaturación, ofreciendo tanto una valoración completa del estado físico del paciente
Finalmente, en casos seleccionados, se recurre a pruebas semininvasivas o invasivas como el ecocardiograma transesofágico (mediante la introducción de una sonda transesofágica de ultrasonidos, similar a un fibrogastroscopio, utlizando sedación ligera o anestesia general) y/o el cateterismo cardiaco.
TRATAMIENTO:
La mayor parte de los pacientes con cardiopatías congénitas sobreviven hasta la edad adulta gracias a intervenciones realizadas durante la edad pediátrica. Estas intervenciones tienen como objetivos 1. reparar un orificio en el corazón (una comunicación interventricular o una comunicación interauricular), 2. reparar una comunicación entre las grandes arterias (conducto arterioso persistente), 3. reparar anomalías complejas, como obstrucciones en la salida de lado derecho o izquierdo del corazón o problemas en la relación entre los vasos sanguíneos y los ventrículos (transposición)o una combinación de ellas, 4. reparar o reemplazar una válvula y 5. dilatar vasos sanguíneos estrechos (coartación de aorta.
Los procedimientos empleados para reparar las cardiopatías congénitas pueden realizarse mediante la introducción de catéteres y dispositivos a través de la punción percutánea en un vaso de la ingle o el cuello (cateterismo terapéutico) o mediante cirugía abierta (cirugía correctora o cirugía paliativa). Finalmente, el diagnostico y tratamiento de las arritmias cardiacas también pueden requerir procedimientos percutáneos, que consisten en la eliminación de los focos de origen de la taquicardia con aplicaciones milimétricas de energía desde el interior del corazón a través de la punta de un catéter, en intervenciones denominadas ablación con catéter.
PREVENCIÓN:
Si bien no se puede prevenir siempre una cardiopatía congénita, se pueden tomar medidas para disminuir el riesgo del bebé.
MEDIDAS PARA MEJORAR LA EXPECTATIVA VITAL Y CALIDAD DE VIDA EN LAS CARDIOPATÍAS CONGÉNITAS
Los avances en el tratamiento cardiovascular en la edad pediátrica y las circunstancias socioeconómicas han cambiado el pronóstico de los niños durante las últimas décadas. Actualmente se estima que el 85% de los niños nacidos vivos con una cardiopatía congénita alcanzan la edad adulta. Sin embargo, «intervención» no es sinónimo de «curación». Los adultos con cardiopatía congénita aún presentarán a largo plazo secuelas, lesiones residuales o complicaciones derivadas de su cardiopatía nativa. Para mejorar la expectativa vital y la calidad de vida del individuo nacido con cardiopatía congénita es recomendable:
Este es el objetivo de la incorporación de las unidades de transición estructurada entre la atención pediátrica y la de adultos
El riesgo de desarrollar enfermedad coronaria en los pacientes con cardiopatía congénita es similar a la de la población general. Las medidas orientadas a que el paciente sea conocedor del riesgo que presenta son esenciales y van alineadas con una de las líneas estratégicas de la prevención, consistente en empoderar al paciente en el control de su salud.
Consumir una dieta cardiosaludable, equilibrada y variada, que incluya alimentos integrales y reducir consumo de alimentos procesados y que tengan un alto contenido de azúcar y grasa. No consumir sodio en exceso durante el día (una cucharadita de sal de mesa contiene 2300 mg de sodio). Consumir una menor cantidad de cafeína y empezar a beber tés naturales blancos, verdes y negros si se necesita incrementar energía en lugar de optar por beber café, bebidas energizantes y refrescos. Dejar de comer carne roja (por ejemplo, la carne de res y el bistec) y optar en cambio por carnes más saludables (por ejemplo, el pollo, el pavo y el pescado. Consumir alimentos ricos en Omega 3 (nueces, salmón, atún, verdel, sardinas y tilapia constituyen algunos ejemplos de alimentos que contienen una gran cantidad de ácidos grasos omega 3). Evitar los alimentos sometidos a procesos industriales y, asimismo, es muy importante beber al menos 1,5 litros de agua al día.
En general el consumo de alcohol no debe ser recomendado. Sin embargo y en concreto en relación el consumo de vino tinto, se le han relacionado posibles beneficios cardiovasculares en base al contenido en Taninos y Resveratrol que podrían inhibir o atenuar la disfunción endotelial. Por ello, procura un consumo moderado de alcohol. Una o dos copas de vino tinto al día puede no resultar perjudicial, pero hay que recordar que el abuso de bebidas alcohólicas puede aumentar la presión arterial y generar arritmias cardíacas.
Un sueño reparador de unas 7h y de calidad permite recuperarse de la fatiga física y psíquica acumulada durante el día y reestructura las funciones vitales. Para ello conviene cenar temprano, ligero, y evitar los excitantes. Si practicas ejercicio físico dormirás mucho mejor. Los pacientes que padecen apnea del sueño y descansan mal, se ha demostrado que tienen un riesgo aumentado de enfermedad cardiovascular.
Es importante que el paciente y su familia estén informados de que la restricción de ejercicio rara vez está indicada. La actividad física puede mejorar la aptitud física y disminuir muchos factores de riesgo de enfermedad cardíaca adquirida, incluida la presión arterial alta. Por esto, desde la niñez se debe orientar el ejercicio regular para evitar que estas personas queden de manera innecesaria excluidos de la actividad deportiva.
La cantidad o el tipo de actividad que pueda hacer depende del tipo de cardiopatía congénita, de su estado de reparación, de la gravedad de las lesiones residuales, de los medicamentos que esté tomando, y de los dispositivos que se le puedan haber implantado. Para poder determinar la intensidad de ejercicio de manera individualizada es de gran ayuda la prueba de esfuerzo cardiopulmonar.
De manera específica, en los portadores de conductos artificiales, prótesis mecánicas y que toman medicación anticoagulante no se aconseja la práctica deportiva con riesgo de colisión, como puede ser el rugby.
Aprender a manejar el estrés y a superar los problemas puede mejorar su salud física y emocional. Aprender técnicas de relajación o hablar con un terapeuta pueden ser medidas adecuadas.
Se han publicado pautas para pacientes con arritmias que puedan afectar la consciencia y son las que se adoptan generalmente para pacientes con cardiopatía congénita. La principal preocupación es que esta patología pueda aumentar el riesgo al conducir, debido a una alteración importante o pérdida brusca de conocimiento.
Con respecto a los viajes, fundamentalmente vuelos largos de más de ocho horas y en pacientes con un riesgo particularmente elevado de trombosis (cardiopatías con cianosis) pueden ser recomendables medidas preventivas como medias elásticas por debajo de la rodilla o el uso de heparinas.
La actividad sexual es parte importante en la calidad de vida de los individuos con cardiopatía congénita y en la de sus parejas y debería ser un tema más frecuentemente abordado en la consulta médica desde la adolescencia para evitar miedos e inseguridades. Como regla general la actividad sexual es segura en la mayoría y las complicaciones son infrecuentes durante la práctica sexual.
Planificación familiar. Es importante que todas las mujeres conozcan los riesgos y beneficios de los diferentes métodos anticonceptivos.
Consejo Genético. Realizar un adecuado asesoramiento reproductivo y, en caso de detectar una alteración genética causal, plantear opciones de reproducción asistida que permitan evitar la transmisión de la alteración genética a la descendencia. El diagnostico preimplantacional se realiza asociado a técnicas de fecundación in vitro y permite seleccionar los embriones no portadores de la alteración genética. En los casos en los que no se conozca el sustrato genético concreto el asesoramiento reproductivo permite informar acerca del riesgo de recurrencia en la descendencia.
Embarazo. Aunque la mayoría de las mujeres con cardiopatías congénitas pueden tener embarazos normales, algunas con cardiopatías congénitas más complejas tienen un mayor riesgo de presentar complicaciones. A las mujeres con determinados tipos de cardiopatías congénitas se les desaconseja el embarazo, puesto que este aumenta el riesgo de muerte o complicaciones. Estas cardiopatías incluyen
Durante el embarazo, los órganos y sistemas de una mujer, incluido el corazón y los vasos sanguíneos, pasan por cambios importantes para brindarle soporte al bebé en crecimiento. Antes del embarazo es recomendable realizar las pruebas complementarias necesarias para determinar si la mujer puede tolerar el embarazo, que seguimientos necesita durante la gestación, el más adecuado modo de parto y los cuidados del puerperio.
En general, se aconseja a las mujeres embarazadas seguir las siguientes pautas:
Es recomendable que las mujeres sean vigiladas de cerca inmediatamente después del parto y revisadas periódicamente por un cardiólogo durante varias semanas después.
Trabajamos con un MODELO DE ATENCIÓN INTEGRAL al paciente con cardiopatía congénita que tiene cuatro premisas básicas.
En virtud del análisis de la situación en Andalucía y de las características asistenciales de esta población, el Programa de Atención Integral a las Cardiopatías Congénitas agrupa una serie de actuaciones dirigidas a conseguir los objetivos: