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Los ganglios son unas “bolitas” que tenemos en muchas partes de nuestro cuerpo y que se encargan de “fabricar” parte de nuestras defensas.
Las adenopatías son los ganglios cuando están inflamados. Cuando estamos enfermos se hinchan y se vuelven palpables (se pueden tocar) o incluso visibles, sobretodo a nivel del cuello y la ingle. Esto es muy frecuente en la infancia durante las infecciones u otras enfermedades y no es alarmante por lo general desde el punto de vista médico.
Las adenopatías por sí mismas no requieren tratamiento. Dado que la mayoría de los casos serán de origen viral, únicamente requerirán tratamiento sintomático con analgésicos o antitérmicos (paracetamol o ibuprofeno). Cabe mencionar que los ganglios pueden permanecer ligeramente inflamados tiempo después de haberse curado la infección.
En el caso de que las adenopatías sean secundarias al contacto con un insecto o animal, o bien se hayan sobreinfectado, es posible que se requiera tratamiento antibiótico. Incluso en determinados casos puede ser necesario un drenaje quirúrgico.
Cuando sus características no sean las habituales de los cuadros víricos banales.