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Tratamiento de las infecciones osteoarticulares resistentes

¿Qué es la Enfermedad Infecciosa Osteorticular?

Infecciones en óseas o protésicas originadas por microorganismos multirresistentes y que precisan de una atención y manejo integral superespecializado, dada la alta morbilidad asociada y la gran complejidad que conlleva su manejo y tratamiento. Suele darse en pacientes que han sido tratados previamente en sus centros de origen sin éxito, o asocian complicaciones que requieren de técnicas quirúrgicas específicas.

Causas

Las osteomielitis (infécciones óseas) aparecen como resultado de la colonización bacteriana o fúngica del hueso (cortical y/o medular), alterando la estabilidad del mismo en función del grado de afectación. La causa puede ser cualquiera que genere una puerta de entrada de los gérmenes al hueso y/o musculatura (fracturas abiertas, heridas, cirugías previas, infecciones diseminadas de otras localizaciones del organismo, etc).  La incidencia de osteomielitis y de infección protésica varían en función del nivel socioeconómico, área geográfica y comorbilidades previas de los pacientes, siendo más frecuentes en climas templados y entre personas con enfermedades de base (diabetes, hipertensión, cuadros reumáticos, etc). A lo anterior se suma el número creciente de bacterias multiresistentes existentes en el ámbito sanitario actual y la gran cantidad de problemas en el manejo y tratamiento de estos pacientes.

Síntomas

Los síntomas son variados, aunque suelen incluir un cuadro clínico típico de infección local en los procesos agudos, con fiebre, inflamación, malestar y a veces derrame o manchado a través de la herida si se trata de una infección postoperatoria. En el caso de los procesos crónicos la clínica suele ser más larvada, con pocos cambios a nivel local, sin fiebre o solo febrícula ocasional, dolor nocturno y/o en reposo (sin relación con los movimientos) y en ocasiones aparición de una fístula con drenaje de material purulento al exterior. En los casos de pacientes portadores de prótesis o material de osteosíntesis puede sumarse un cuadro de dolor y fallo  mecánico si la infección afecta a la estabilidad de los implantes.

Tratamientos

El tratamiento a realizar variará en función de si el cuadro es de aparición reciente o crónico, del grado de afectación osea y/o muscular, y de si el paciente es portador o no de prótesis o material de osteosíntesis.

Los cuadros agudos (durante el primer mes de aparición de los síntomas) suelen requerir de una o varias cirugías de limpieza y sustitución de componentes. Si dichas cirugías no consiguen atajar el cuadro puede ser necesaria la retirada de los implantes, prótesis y resto de elementos mecánicos y realizar una fijación temporal bien con fijadores externos, clavos provisionales, espaciadores de cemento, etc. hasta que se constate la curación de la infección y se pueda realizar con garantías una nueva cirugía de reconstrucción.

En los casos crónicos se suelen requerir técnicas más intrincadas, con desbridamientos (retiradas de todo el tejido infectado) más extensos que en los casos agudos y por lo tanto, cirugías de reconstrucción más complejas que en ocasiones requieren la actuación de varias especialidades médicas (Traumatología, Cirugía Plástica, Cirugía Vascular, etc).

Desgraciadamente en algunos pacientes la situación es tan crítica y el proceso infeccioso está tan avanzado que debido al alto riesgo quirúrgico se desestima el someterlos a cirugías tan complejas, por lo que en ocasiones la única solución pasa por la amputación del miembro afectado.

Independientemente de lo anterior, en todos los casos los pacientes son sometidos a cultivos repetidos hasta llegar al diagnóstico del germen causal y son seguidos por el equipo especialista de Enfermedades Infecciosas Osteoarticulares, quienes pautarán el tratamiento antibiótico individualizado y específico para cada caso, la vía de aplicación (oral, intravenosa, etc)  y la duración del mismo.

Recomendaciones y prevención

Entre las posibles recomendaciones para evitar la infección ósea se encuentran no solo medidas sanitarias sino también de hábitos de vida saludables de los pacientes:

– No fumar. El tabaco tiene una relación evidente con la infección de las heridas, tanto quirúrgicas como de otros orígenes. Además, dificulta la consolidación de las fracturas y disminuye la circulación periférica, por lo que impide la llegada de los tratamientos médicos a la zona afectada y favorece la multiplicación de los gérmenes.

– Mantenga una buena higiene corporal y bucal. La existencia de caries y otras afecciones dentales se correlacionan con la infección de implantes metálicos o prótesis existentes en otras partes del organismo. Si usted es portador de una prótesis y precisa ir al dentista para realizar algún procedimiento que pueda afectar a las encías, acuda a su médico de familia para la prescripción profiláctica de antibióticos y evitar así una diseminación hematógena (a través de la sangre) de gérmenes.

– Manténgase activo/-a y haga deporte dentro de sus posibilidades. La obesidad se relaciona con mayor índice de complicaciones médicas y de infecciones osteoarticulares.

– Haga una dieta variada y rica en minerales y vitaminas, así como pobre en grasas saturadas. La desnutrición y la malnutrición también incrementan las posibilidades de sufrir una infección, al alterarse el sistema inmune.

– Si usted es diabético/-a y va a someterse a una intervención intente mantener lo más controlada posible las glucemias en sangre.

– En caso de tomar de manera crónica algún tipo de tratamiento reumático, biológico o inmunosupresor, informe a su médico antes de someterse a cualquier cirugía. Es posible que haya que ajustarle el tratamiento antes de la misma.

Contacto y Ubicación

El equipo del CSUR de infecciones desarrolla su actividad en el Hospital de Rehabilitación y Traumatología (H.R.T.) estando el despacho administrativo en la cuarta planta del mismo. Las cirugías se realizan en quirófanos semanales en la tercera y/o cuarta planta, y las camas de hospitalización se localizan en la tercera planta (habitaciones dobles, con baño) y la cuarta planta ala par (aislamientos de contacto) del H.R.T. Las consultas de especilista y revisiones se llevan a cabo los viernes en horario de mañana en el sótano de dicho hospital.

Para aquellos pacientes altables que se encuentran bien clínicamente, pero precisan de un tratamiento antibiótico intravenoso más prolongado disponemos del programa DOMUS hospitalario, al que acude diaria o semanalmente el propio paciente (en la 6ª planta del Hospital General) y del DOMUS extrahospitalario, en el que los profesionales sanitarios se trasladan al domicilio del enfermo para administrarle el tratamiento.

Equipo

La existencia de una unidad de sépticos surge de la necesidad de un manejo integral complejo de estos pacientes, los cuales presentan procesos que les afectarán de por vida en muchas ocasiones, lo que hace mandatario que el equipo tenga gran experiencia y capacitación para garantizar una asistencia de calidad.

El equipo es multidisciplinar, estando compuesto por responsables quirúrgicos, médicos y enfermería especializada en las curas y manejo postoperatorio de estos pacientes, así como en pautas de curas específicas para estos procesos.

Las especialidades médicas implicadas incluyen a: Cirugía Ortopédica y Traumatología, Cirugía Plástica, Enfermedades infecciosas, Radiodiagnóstico, Rehabilitación, Medicina Nuclear, Hematología y Hemoterapia, Anestesiología, UCI, Microbiología y Medicina Preventiva.

El equipo de Traumatología está compuesto por cuatro especialistas encargados del diagnóstico y tratamiento de infecciones primarias (osteomielitis agudas y crónicas), postraumáticas (fracturas abiertas), infecciones protésicas, infecciones de partes blandas, fascitis necrotizante y gangrena.

Entre el equipo de Enfermedades Infecciosas se encuentra un Infectólogo subespecializado en infección protésica y musculoesquelética, un Microbiólogo y un Médico Preventivista. Ellos establecerán el tratamiento antibiótico pre y postoperatorio, la profilaxis, la necesidad de aislamiento de contacto y la toma de muestras de las lesiones.

Dentro del equipo de Cirugía Plástica contamos con especilistas en microcirugía, colgajos libres e injertos óseos vascularizados. Ellos establecerán las pautas de cobertura en los grandes defectos de partes blandas.

El equipo de radiología está subespecializado en patología musculoesquelética tumoral, infecciosa e intervencionista.

En cuanto a la Enfermería de planta, cuentan con un alto nivel de especialización, conectando a los diferentes miembros del equipo y manteniendo una relación directa con los pacientes. Ellos/-as se encargan de la acogida del paciente, realizar los controles analíticos, realizar la valoración inicial y el seguimiento en común con los médicos, realizar las curas y servir de enlace entre la hospitalización y la atención primaria. Por otro lado, la Enfermería quirúrgica se encuentra formada en el empleo de instrumental específico, está entrenada en la aplicación de protocolos intraoperatorios, prótesis de rescate, técnicas de cementación y cirugía reconstructiva.

Los miembros del equipo formado por un representante de cada sector de la unidad junto con los residentes, se reunen semanalmente en sesiones Multidisciplinares, que tienen lugar los jueves a primera hora de la mañana, y en las que se discuten y se establece el plan terapeútico de los pacientes ingresados o los pacientes vistos en consultas externas (tanto primeras visitas como complicaciones postoperatorias).

Memoria

Entre el 2013 y 2022 (ambos incluídos) se intervinieron 782 pacientes de patología séptica en el Hospital, incluyendo adultos y niños, de los cuales 698 correspondieron a casos nuevos, siendo el 15% aproximadamente provenientes de otras Comunidades Autónomas. La patología más frecuentemente intervenida fue la infección de origen postraumático (por inoculación directa), seguida de la infección protésica y de partes blandas.

Dentro de las cirugías de recambio protésico la practica totalidad pudieron llevarse a cabo, desarrollándose un recambio en dos tiempos la mayoría de veces, quedando la artroplastia de resección (retirada de la prótesis sin sustitución por una nueva) limitada a 1 ó 2 casos al año.

En dicho periodo de 10 años solamente se han realizado 33 amputaciones por causa infecciosa.

Desde 2013 a 2022 se han constatado un total de 637 casos libres de enfermedad en el seguimiento (481 correspondientes a infecciones por inoculación directa más 156 casos de infección protésica).