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La enfermedad boca-mano-pie es una infección vírica frecuente, especialmente en menores de 3 años. Suele aparecer en forma de brotes, se transmite fácilmente de una persona a otra y los síntomas típicos son fiebre, malestar general y erupción de pápulas (“manchas palpables”) en la boca y alrededor de ésta así como en las palmas de las manos, las plantas de los pies y en las nalgas. En algunas ocasiones, las lesiones se extienden a otras localizaciones.
El médico puede diagnosticar la enfermedad a partir de los síntomas, no siendo necesario realizar ninguna prueba complementaria. El proceso es generalmente leve y tiende a resolverse en unos días. No es necesario ningún tratamiento específico, pudiéndose administrar medicamentos para aliviar los síntomas (antitérmicos / analgésicos).
Para evitar la transmisión del virus, es recomendable lavarse las manos con frecuencia. Como la transmisión del virus se produce también antes y después de los síntomas, la exclusión de guardería/colegio no resulta eficaz; por lo que si el niño no presenta fiebre y se encuentra bien, puede acudir.
En ocasiones, pasada la infección, pueden aparecer lesiones o surcos en las uñas e incluso pérdida de las mismas. Las uñas crecen de nuevo solas en las semanas siguientes, sin precisar tratamiento alguno.