El equipo multidisciplinar de la Unidad de Salud Mental Infantil (USMI-J) del Hospital Universitario Virgen del Rocío ha atendido 248 nuevos pacientes durante el último año, de los que 45 fueron diagnosticados con un Trastorno del Espectro Autista. En total, llevan en seguimiento más de 150 niños y adolescentes que sufren algunas de estas afecciones que conllevan problemas sociocomunicativos.
Consciente de la necesidad de seguir concienciando a la población sobre estos trastornos, el Hospital se ha sumado a la iniciativa ‘Light It Up Blue’ (‘Ilumínalo de azul’) que la población está moviendo para que todos los hogares y edificios emblemáticos se iluminen hoy de azul por el Día Mundial del Autismo. Por ello, el hospital pondrá su cúpula de este color durante el día de hoy, para mañana continuar siendo verde mientras dure la pandemia del coronavirus.
Los profesionales sanitarios recuerdan que el Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una “condición” que dificulta la comunicación y la interacción social, e indican que un aspecto positivo para la rehabilitación de los pacientes es que cada vez se diagnostica de manera más precoz, normalmente antes de los tres años.
Para facilitar que los pediatras detecten lo antes posible este trastorno, la USMI-J da indicaciones sobre una serie de señales de alarma a las que atender. A nivel de lenguaje, se debe poner especial atención sobre los niños que no adquieren la habilidad correctamente o aquellos que no alcanzan los hitos del desarrollo al nivel de los demás (no señalan, no miran a la cara, etc.).
La dificultad a la hora de adquirir el lenguaje y desarrollar habilidades sociales, junto con la manifestación de intereses restringidos, son los síntomas más frecuentes de este trastorno. Asimismo, la causa se considera multifactorial puesto que los especialistas reconocen que se trata de un trastorno del neurodesarrollo, donde intervienen factores biológicos, genéticos, etc.
El diagnóstico es clínico, puesto que el paciente debe reunir los criterios que están establecidos en alguna de las clasificaciones internacionales (DSM-5 o la CIE-10). Además, existe la posibilidad de realizar una prueba diagnóstica que apoye el resultado. Por ejemplo, está el ADOS-2, prueba observacional para registrar cómo responde el paciente (mirada conjunta, respuesta con palabras o gestos, conductas estereotipadas, rigidez…) y el ADI-R, una entrevista dirigida a los padres para conocer las respuestas del menor en determinadas circunstancias. Ambas pruebas aumentan la especificidad y sensibilidad, para que haya menor margen de error en el diagnóstico.
Principalmente, el tratamiento se basa en la rehabilitación a través de los programas de los Centros de Atención Infantil Temprana (CAIT), donde son atendidos hasta los seis años, así como la rehabilitación logopédica y de habilidades sociales. En el caso de necesitarlo, también es posible asociar un tratamiento farmacológico.
El Trastorno del Espectro Autista incluye desde patologías más leves, como el Síndrome de Asperger, hasta otras más graves, como el autismo profundo, en el que no se llega a desarrollar el lenguaje. Las posibilidades de desarrollo y de mejor pronóstico para ir rehabilitando las funciones alteradas va a depender también del coeficiente intelectual que presenten.
Es muy importante destacar la detección precoz y el inicio de estimulación y rehabilitación desde los primeros años de vida, en los que existe una mayor plasticidad cerebral, para lograr el mejor desarrollo posible.
La USMI-J mantiene en todo momento un seguimiento estrecho de los pacientes con Trastornos del Espectro Autista, cuya frecuencia de atención dependerá de la severidad del trastorno. Por otro lado, se establece una coordinación con otros servicios médicos del Hospital (Neurología, ORL, Maxilofacial, Digestivo…) frecuentados por dichos pacientes, los cuales suelen asociar otras comorbilidades. Esta coordinación tiene como objetivo ofrecer una atención médica integral.
Otro objetivo prioritario es mejorar y aumentar la accesibilidad de estos pacientes dentro del Sistema Público de Salud, por lo que esta unidad está siempre adaptando y mejorando la atención y recursos para esta población. De hecho, sus profesionales se han sumado Aún es necesario una mayor sensibilización por parte de todos los profesionales que trabajan alrededor del paciente con TEA y su familia.
Puesto que el Hospital comparte la importancia de la inclusión y mejora de la calidad de vida del colectivo TEA, también se ha sumado a la campaña de concienciación del movimiento asociativo del autismo en España, en coordinación con Autismo Europa. En esta ocasión el lema es “Puedo aprender. Puedo trabajar”, enfatizando dos áreas fundamentales para los pacientes con espectro autista: la educación y el empleo.