El Hospital Universitario Virgen del Rocío ha implantado un sofisticado sistema de seguridad para garantizar que las transfusiones sanguíneas que se realizan tengan el 100% de trazabilidad, es decir, que se controlen todos y cada uno de los pasos desde que la unidad de sangre se solicita por un equipo médico para un paciente determinado hasta que ésta se administra, minimizando cualquier error en dicho proceso. Para ello, el paciente, la bolsa de sangre y el contenedor que la transporta están identificados bajo un mismo número de seguridad transfusional que se activa mediante radiofrecuencia.
«Controlamos todos los pasos: desde la extracción de la muestra de sangre durante el estudio pretransfusional, hasta el pedido y envío de las unidades de sangre, que viajan en un contenedor especial», expresa la doctora Magdalena Carmona, coordinadora del Banco de Sangre del hospital, perteneciente a la Unidad de Gestión Clínica de Hematología. El sistema ha implicado la informatización de todo el proceso transfusional para poder registrar y controlar cada fase del mismo.
Una pulsera, con chip de radiofrecuencia y número de identificación individual y único, se convierte en el eje central del sistema. Sus datos son los que se le asignan a las unidades de sangre que deben transfundirse al paciente y al contenedor que las transporta desde el Banco de Sangre hasta las diferentes áreas asistenciales. Este último sólo se abre cuando su cabezal informatizado, dotado de un emisor/receptor de radiofrecuencia y con los datos grabados del paciente, se enfrenta a la pulsera del paciente al que van destinados los componentes sanguíneos. «De existir un error, el sistema genera una alarma, bloqueando todo el proceso e impidiendo la salida de la bolsa de concentrados de hematíes de su contenedor de transporte», expresa esta hematóloga.
«La informatización nos permite, además, registrar la duración de la transfusión, las constantes vitales del paciente durante la misma, los posibles efectos adversos que pudieran producirse y el personal que efectúa la transfusión, entre otros datos de interés para obtener la máxima información del proceso y aumentar la calidad y seguridad del mismo», añade el coordinador técnico del Banco de Sangre, el enfermero Antonio Recio.
«En nuestra área de Urgencias, donde nos condiciona el tiempo y la diversidad de patologías que asistimos, un sistema de tanta seguridad cobra especial importancia», manifiesta el coordinador de Urgencias del Hospital General, Emilio Montero. Su equipo, según los profesionales del Banco de Sangre, es uno de los más implicados y concienciados en hemovigilancia y seguridad.
Cada año, el centro realiza unas 25.000 transfusiones de sangre, para paliar la necesidad de sangre tanto de pacientes con anemias, como los oncológicos, como de aquellos sometidos a cirugías de complejidad alta y moderada. Por servicios, Hematología, Cuidados Críticos y Urgencias y Cirugía son los que más demanda realizan, habiéndose seguido este orden para la implantación progresiva de este sistema de seguridad transfusional en el Hospital General y que concluirá en los próximos meses, extendiéndose al resto de hospitales del complejo sanitario.
De la mano de la doctora Pilar Noguerol, el doctor Jesús Martín y del enfermero Antonio Recio, profesionales del Banco de Sangre, los equipos médicos y de enfermería del hospital han recibido toda la formación necesaria para implantar con éxito este sistema, aún poco extendido a nivel nacional.