Entre los retos que afrontan los servicios públicos de salud en Europa, se encuentra el poder ofrecer a sus profesionales un entorno organizativo que favorezca su participación y implicación para así alcanzar los mejores niveles de calidad y excelencia asistencial, docente e investigadora de las organizaciones sanitarias. Ocho países de la Unión Europea Reino Unido, Noruega, Dinamarca, Alemania, Italia, Holanda, Suecia y España participan en el proyecto Participative development of Work Organization in Hospitals con el fin de analizar la situación actual de gestión y desarrollo profesional en los principales hospitales europeos y unificar esfuerzos en el diseño y aplicación de las estrategias organizativas más óptimas dentro del espacio laboral comunitario. Hospitales Universitarios Virgen del Rocío, uno de los centros participantes, acoge estos días la reunión en la que se debatirán las principales conclusiones de este estudio, que nació en 2002 impulsado por el Instituto Nacional de la Vida Laboral en Suecia y las tres confederaciones centrales de sindicatos de este país (Programa Saltsa). El hospital sevillano, único centro participante español junto con el Instituto Andaluz de Tecnología, contribuye a este trabajo de análisis e identificación de los elementos clave que contribuyen al éxito del cambio organizacional con la experiencia que le ha aportado la implantación de las Unidades de Gestión Clínica, actualmente 15 (Enfermedades Infecciosas, Cirugía Plástica y Grandes Quemados, Genética y Reproducción, Atención Médica Integral, Cirugía Maxilofacial, Enfermedades Respiratorias y Cirugía Torácica, Cuidados Críticos y Urgencias de Adultos y Pediátrica, Cirugía Mayor Ambulatoria, Radiología, Endocrinología, Farmacia, Medicina Nuclear, Neonatología y Rehabilitación). El nuevo modelo, extendido ya al 30% de servicios clínicos, representa una nueva forma de trabajo que transfiere la responsabilidad de los resultados a los propios profesionales. La participación activa de estos en la toma de decisiones y la autonomía en la gestión de los recursos necesarios para desarrollar su actividad los sitúa en una posición de referencia para satisfacer las necesidades de la población con la máxima efectividad y eficiencia, a la vez contribuye a alinear sus objetivos con los de la propia sociedad y el sistema público de salud.