Un trabajo de profesionales de la Unidad de Gestión Clínica de Cuidados Críticos y Urgencias del Hospital Universitario Virgen del Rocío ha recibido estos días el premio al mejor póster durante las II Jornadas Nacionales sobre Seguridad del Paciente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), celebradas en Toledo. Concretamente, el equipo del centro sevillano ha expuesto los buenos resultados de seguridad obtenidos tras la implantación de un sofisticado sistema de radiofrecuencia que minimiza posibles errores en el proceso de transfusión sanguínea.
«La correcta identificación del paciente es uno de los puntos críticos en la seguridad transfusional y el desarrollo de nuevas tecnologías y sistemas electrónicos ha contribuido a minimizar este riesgo en áreas tan sensibles como Urgencias, donde la variabilidad de las patologías que asistimos y el volumen de pacientes son muy elevados», argumenta Emilio Montero, coordinador de Urgencias en el Hospital General y uno de los autores del trabajo premiado por SEMES. Actualmente, más del 80% de las transfusiones que se realizan en Urgencias se lleva a cabo con este sistema, un porcentaje óptimo, teniendo en cuenta que sólo en los casos de extremada gravedad y en los que cada minuto es vital para el paciente es difícil seguir todos los pasos de este nuevo sistema.
«Con la digitalización controlamos todo el proceso: desde la extracción de la muestra de sangre durante el estudio pretransfusional, hasta el pedido y envío de las unidades de sangre, que viajan en un contenedor especial», expresa la doctora Magdalena Carmona, coordinadora del Banco de Sangre del hospital, también autora del estudio.
Una pulsera, con chip de radiofrecuencia y número de identificación individual y único para cada paciente, se convierte en el eje central de este sistema con un 100% de trazabilidad. Sus datos son los que se le asignan a las unidades de sangre que deben transfundirse al paciente y al contenedor ‘inteligente’ que las transporta desde el Banco de Sangre hasta las diferentes áreas asistenciales del hospital, entre ellas Urgencias. El contenedor sólo se abre cuando su cabezal informatizado, dotado de un emisor/receptor de radiofrecuencia con los datos grabados del paciente, se enfrenta a la pulsera identificativa de éste. De existir un error, el sistema genera una alarma, bloqueando todo el proceso e impidiendo la salida de la bolsa de hemoderivados del contenedor de transporte.
«La informatización nos permite, además, registrar la duración de la transfusión, las constantes vitales del paciente durante la misma o el personal que efectúa la transfusión, entre otros datos de interés para obtener la máxima información del proceso y aumentar la calidad y seguridad del mismo», añade el doctor Montero, para quien un sistema de tanta seguridad cobra especial importancia en la asistencia urgente. Es, por ello, que su equipo haya sido uno de los más implicados y concienciados en la implantación del sistema en el complejo hospitalario.
«La formación de nuestros profesionales, personal médico y de enfermería, ha sido igualmente fundamental para garantizar el éxito del nuevo sistema, incidiendo en datos de legislación, hemovigilancia, actividad y práctica transfusional en el hospital, sistemas de radiofrecuencia, etc.», afirma el doctor Montero en el trabajo presentado junto con Mariano Zamora, José Manuel Camero y Manuel Pérez, especialistas de la Unidad de Urgencias, y los hematólogos Jesús Martín y Magdalena Carmona.
Cada año, el centro realiza unas 25.000 transfusiones de sangre, para paliar la necesidad de sangre tanto de pacientes con anemias, como los oncológicos, como de aquellos sometidos a cirugías de complejidad alta y moderada. Por servicios, Hematología, Cuidados Críticos y Urgencias y Cirugía son los que más demanda realizan.