Un estudio nacional coordinado por la doctora Ana Sánchez Moreno, pediatra especializada en Nefrología del Hospital Universitario Virgen del Rocío, ha recibido recientemente el premio al mejor trabajo presentado durante el último congreso de la Asociación Española de Nefrología Pediátrica, sociedad que representa a los más de 200 especialistas que existen en este campo. El objetivo de la investigación, en la que han colaborado un total de diez centros de ocho comunidades autónomas, era conocer el crecimiento de los niños españoles que, afectados por insuficiencia renal crónica, se someten a diálisis peritoneal para, de identificarse posibles problemas, proponer medidas preventivas y terapéuticas sobre ellos.
Nunca antes se había analizado en España, en un estudio colaborativo multicéntrico, el retraso de crecimiento que pueden tener estos pacientes, con el consiguiente impacto sobre su calidad de vida y su morbimortalidad. Es por ello que el trabajo destaca por su relevancia y calidad. Durante ocho años, se ha examinado la evolución del crecimiento de un total de 208 niños que ha precisado tratamiento sustitutivo mediante diálisis peritoneal (que a diferencia de la hemodiálisis, se realiza en el propio domicilio del paciente). En todos los pequeños, se ha tenido en cuenta tanto la talla al inicio del periodo de diálisis, como la que el niño tiene al final del mismo.
«Los resultados, por un lado, son positivos», afirma la doctora Sánchez, en cuanto se ha constatado que el número de pacientes pediátricos españoles con un retraso de talla grave es muy inferior al detectado en estudios similares llevados a cabo en Estados Unidos o Europa. Sólo el 27% de los pequeños con enfermedad renal crónica evaluados tenía una desviación estándar de la talla inferior a 1.88, frente al 47% de los niños americanos.
«Nuestra primera conclusión, por tanto, es que en España estamos haciendo las cosas bien, en cuanto la mayoría de los pacientes pediátricos renales llega a diálisis peritoneal con una talla aceptable», explica la nefróloga pediátrica del Hospital Universitario Virgen del Rocío. «No sólo se trata de una cuestión de manejo médico correcto, sino que también tiene un papel clave el hecho de que la sanidad pública no escatima en recursos para este problema», puntualiza.
En el estudio, los expertos han concluido igualmente que los niños tratados con hormona del crecimiento logran recuperar de manera más rápida el retraso de talla, especialmente en fases iniciales de la enfermedad renal crónica, frente al aumento progresivo del retardo que siguen acumulando los pequeños que no reciben dicha hormona. «Sin embargo, al igual que en el resto de estudios americanos y europeos con los que hemos comparado nuestros resultados, hemos detectado que muchos niños que podrían beneficiarse de esta terapia hormonal no la reciben», manifiesta la coordinadora nacional del trabajo. Concretamente, un 59% de los pacientes con retraso de talla grave no ha seguido este tratamiento, a pesar de estar demostradas su seguridad y su efectividad.
Los especialistas que han participado en el estudio proponen ahora detenerse aún más en estos resultados y emprender un abordaje consensuado del problema de crecimiento en esta enfermedad, con una prevalencia en España de 111 pacientes por cada millón de menores de 18 años. «Estamos hablando de un problema multifactorial, donde intervienen diversos especialistas tanto en el diagnóstico, como en el tratamiento», añade la doctora Sánchez.
Se plantea seguir mejorando la etapa de cuidados prediálisis, detectando precozmente la desviación de la talla de estos niños y corrigiendo factores subyacentes como el déficit de calorías y de vitamina D, las pérdidas de agua y electrolitos, la anemia, la falta de apetito, etc. Tanto la intervención nutricional temprana como el tratamiento con hormona del crecimiento, si el paciente es mayor de dos años, no tiene contraindicaciones médicas y la velocidad de crecimiento no mejora en cuatro ó seis meses, se convierten en pautas clave para corregir a tiempo el problema.