La Asociación Nacional de Enfermería Hematológica premia un trabajo de Virgen del Rocío

Publicada el: 2007-11-06 12:00 | Escrito por Úrsula Palmar Gómez

| Para más información:


Lo excepcional de las complicaciones que ha presentado durante los últimos ocho años un paciente al que se le detecta una leucemia linfoblástica aguda en 1999 y la fortaleza con la que él y su familia han afrontado cada fase de la enfermedad han sido las principales razones que han justificado el trabajo presentado por las enfermeras Rosario Muñoz Montaño e Inés Durán Sánchez, del Servicio de Hematología de Hospitales Universitarios Virgen del Rocío, al XII Congreso Nacional de Enfermería Hematológica, que ha reunido estos días en León a más de 300 profesionales de todo el país.


Los organizadores de esta importante cita anual, la Asociación Nacional de Enfermería Hematológica, han destacado con el Premio a la Mejor Ponencia la experiencia llevada por el centro sevillano en el abordaje de este caso, raro por las complicaciones que han aparecido tras el trasplante de médula ósea al que tuvo que someterse de manera urgente el paciente tras un año de fuertes tratamientos con quimioterapia. Manifestaciones óseas y dérmicas en enfermedad injerto contra huésped (EICH) crónico es el título del trabajo galardonado. La educación sanitaria, la individualización del plan de cuidados en cada etapa y el seguimiento de su evolución son tres elementos claves que debe asumir la Enfermería encargada de atender a estos pacientes, según las conclusiones de estas enfermeras. Y algo fundamental que va más allá de la planificación de un centro sanitario y que ponen en valor las profesionales sevillanas es el optimismo y el carácter luchador del paciente y sus padres, repercutiendo directamente en su calidad de vida.


La Enfermedad Injerto Contra Huésped Crónico se comporta como una enfermedad autoinmune, en la que aparece un aumento de colágeno y fibrosis en los órganos diana, asociado a un aumento en la producción de anticuerpos. Suele aparecer entre los días 60 y 100 tras el trasplante, habitualmente como progresión de un rechazo agudo previo.