La Universidad de Sevilla ha reunido este sábado a ginecólogos y embriólogos de centros públicos y privados de toda España para poner en común los últimos avances en el estudio de los factores que afectan al proceso de implantación embrionaria.
Un encuentro que cuenta con el auspicio de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) y la Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (ASEBIR), y que se enmarca dentro del Programa docente de la tercera edición del Máster Propio de Reproducción Asistida de la Universidad de Sevilla, dirigido por el Hospital Universitario Virgen del Rocío y Fundación Ginemed.
Hasta hace poco la sociedad ha pensado que en reproducción asistida, tener buenos óvulos y buenos espermatozoides era la mezcla perfecta para conseguir embriones de calidad, que dieran lugar al embarazo.
Sin embargo, la medicina reproductiva lleva años estudiando un factor tan importante como los anteriores: la implantación embrionaria. La fase en la que el embrión se une a la capa interna del útero endometrio- y da lugar a la gestación.
Se trata aseguran los expertos- del paso más crítico de la reproducción humana, y es que, según datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) solo un 20% de los embriones transferidos dan lugar a embarazo.
¿Qué pasa con el otro 80%? Precisamente las causas que originan los fallos de implantación son los temas que se han puesto sobre la mesa este sábado en este encuentro. Desde la calidad ovocitaria y espermática, hasta la receptividad del endometrio, pasando por factores orgánicos o inmunológicos como la adenomeiosis o trombofilias, son solo algunos de los factores que intervienen en este proceso en el que embrión y útero destinados a entenderse- emprenden un complejo diálogo celular hasta conseguir el embarazo.
Procesos más parecidos a la naturaleza.
Para el Dr. Pascual Sánchez, codirector del Máster y director médico de Ginemed la medicina reproductiva, está cada vez más centrada en ofrecer a los pacientes un tratamiento más parecido al proceso biológico de la naturaleza, y en este sentido centramos nuestras investigaciones en nuevos abordajes que consigan mejorar los resultados de implantación con la mínima intervención externa .
Es el caso de los tratamientos en ciclos naturales que consiste en obtener el óvulo del ciclo natural de la mujer, con lo que se evita someter al paciente a una estimulación hormonal que afecta a los ovarios pero también al endometrio, alterando su receptividad en el proceso de implantación.
Si bien es verdad que existe una debilidad frente a los tratamientos en los que se lleva a cabo una estimulación ovárica: y es que en los ciclos naturales solo se obtiene un óvulo para fecundar, y por consiguiente, un embrión para implantar. Pero será -aseguran los expertos- el mejor óvulo posible: el que selecciona la naturaleza.
Si la medicina logra resolver el misterio de la implantación, el ciclo natural -en el que la mujer no necesita hormonarse- será sin duda el procedimiento de elección en la mayoría de los pacientes que requieren reproducción asistida para lograr el embarazo.