El centro dispone de dos aulas hospitalarias y otros espacios de ocio y esparcimiento para la recuperación sanitaria y social de los menores
Unos 20.000 alumnos con problemas de salud son atendidos este curso en aulas hospitalarias, unidades de salud mental infanto-juvenil y en sus propios domicilios, según ha informado el consejero de Educación y Deporte, Javier Imbroda, que ha visitado junto al consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, el aula hospitalaria del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla. Imbroda ha destacado las «excelentes prácticas profesionales» que se desarrollan en Andalucía, cuando un alumno se convierte en paciente y el papel fundamental del profesorado para que esos escolares puedan continuar su aprendizaje.
Por su parte, el consejero de Salud y Familias ha informado de que en el aula del Hospital Infantil se atiende a 1.279 niños a lo largo del año, mientras que en el aula de Oncología Pediátrica reciben atención 166 escolares. Jesús Aguirre ha subrayado que las aulas hospitalarias son uno de los recursos de los que dispone la Junta que fusiona el cuidado sanitario y educativo. Asimismo, el consejero ha agradecido a los profesionales su implicación para que estos niños no pierdan el ritmo escolar, así como la colaboración de las familias.
Igualmente, el titular de Educación y Deporte ha explicado las distintas modalidades del programa de atención a este alumnado que tiene como objetivo compensar las dificultades del alumnado enfermo y garantizar la continuidad de su proceso educativo. Así, Andalucía cuenta con 46 aulas hospitalarias, ubicadas en 36 sedes hospitalarias donde el profesorado no solo enseña sino que además, en estrecha coordinación con el personal del centro hospitalario, hace la estancia en el hospital más agradable para los niños. En total, 48 docentes atienden de media a a unos 360 menores en las aulas hospitalarias del Servicio Andaluz de Salud (SAS).
Por otro lado, y con un modelo similar a las aulas hospitalarias, las unidades de salud mental infanto-juvenil de los centros hospitalarios cuentan con profesorado que atiende al alumnado que transitoriamente tiene que pasar períodos de estancia en dichas áreas donde son atendidos por 14 docentes.
En el caso de que la convalecencia transcurra en el domicilio familiar también es necesario mantener el desarrollo del proceso educativo. Para ello, 38 docentes se dedican en exclusiva a esta labor, a los cuales hay que sumarles los más de 70 que se dedican parcialmente a atender al alumnado en sus domicilios a través del programa de acompañamiento escolar domiciliario. Se trata del alumnado que, por indicación médica, no puede asistir a su centro docente por un período amplio de tiempo. Escolares que pasan por procesos médicos largos o que convalecen tras estancias en los hospitales son, generalmente, los destinatarios de esta atención. En esta modalidad unos 450 estudiantes son atendidos cada curso.
Durante su intervención, Imbroda se ha referido, además, al alumnado con necesidades asociadas a procesos de enfermedad que pueden asistir regularmente a su centro docente. En este caso, ha asegurado que el sistema educativo público garantiza una adecuada atención que posibilita su desarrollo integral. Imbroda ha subrayado el papel fundamental del profesorado que desempeña no solo la función de instrucción, sino que además una labor tutorial que permite el seguimiento continuo del alumnado en cooperación con las familias.