La donación en asistolia, o a corazón parado, supone ya la mitad de las donaciones de órganos y tejidos que registra el Hospital Universitario Virgen del Rocío. Por este motivo, la Coordinación de Trasplantes de Sevilla y Huelva ha organizado la jornadas tituladas ‘El proceso de donación en el Siglo XXI: donación en Asistolia’, que se celebra este miércoles por la tarde con la asistencia de más de un centenar de profesionales inscritos.
Con el fin de seguir mejorando la calidad de vida de los pacientes trasplantados, el responsable de la Coordinación Sectorial de Trasplantes de Sevilla-Huelva, Juan José Egea-Guerrero, ha explicado que la unidad continuamente está trabajando en la búsqueda de nuevos perfiles de donantes.
En concreto, en el Hospital Virgen del Rocío se inició el programa de donación en asistolia en 2012, que permite a personas que fallecen de manera irreversible a nivel extrahospitalario (DANC), que puedan ayudar a enfermos terminales a seguir viviendo gracias a la donación. Junto a ello, desde el año 2013 y gracias a la colaboración entre los distintos coordinadores de trasplantes del sector de Sevilla-Huelva, se viene realizando un segundo programa de donación en asistolia de los pacientes que fallecen tras la retirada de las medidas de soporte vital en situación irreversible y terminal tras un daño neurológico catastrófico (DAC).
Gracias a la solidaridad de los familiares y al esfuerzo de las unidades de cuidados intensivos, EPES-061, Médicos de Urgencias y todos los equipos de trasplantes, han realizado un total de 68 donaciones (40 DANC y 28 DAC) desde que se iniciaron los programas, pudiéndose salvar la vida de 112 enfermos hepáticos o renales gracias a los órganos donados.
Durante este periodo la donación en asistolia en el sector ha crecido exponencialmente, realizándose en más de la mitad de los centros del sector. En 2016 la donación en asistolia supone casi una cuarta parte del total en el sector Sevilla-Huelva y la mitad de la realizada en el Hospital Universitario Virgen del Rocío.
Además de la ayuda que supone la donación de órganos, estos donantes también han podido mejorar la calidad de vida de cientos de pacientes que requieren de un tejido (córneas, hueso, piel) para poder resolver algún problema físico altamente limitante.