Profesionales del Virgen del Rocío aprovechan el día mundial de la patología para dar consejos a la ciudadanía y avisar de los síntomas
Los profesionales de la Unidad de Ictus del Hospital Universitario Virgen del Rocío se han sumado hoy al Día Mundial del Ictus con una campaña de concienciación que se ha desarrollado en el hall del Hospital de Rehabilitación y Traumatología. Con el lema #MásFuertesQueElIctus, este año se han centrado en dar a conocer los beneficios que la práctica de ejercicio físico tiene a la hora de prevenir la enfermedad: Con tan solo 30 minutos de ejercicio 5 veces a la semana, se puede reducir el riesgo de sufrir un ictus en un 25 %.
Esto es así ya que el ejercicio juega un papel importante a la hora de reducir varios factores de riesgo del ictus, entre los que se incluye la hipertensión, diabetes, colesterol, depresión y estrés. Hacer actividad física con frecuencia es una medida que reduce diversos factores de riesgo del ictus, una enfermedad que padecerá uno de cada cuatro andaluces.
La buena noticia es que el 90 % de los ictus se podría prevenir. En Sevilla, cada año, se registran unos 4.150 ictus, con lo que siguiendo unas pautas regulares de actividad física se evitarían más de un millar de casos.
Así, y aunque el foco se ponga este año en el ejercicio físico como medio de prevención y de recuperación tras el ictus, los profesionales también han recordado que, ante la pérdida brusca de fuerza en un brazo, la boca torcida de manera repentina o la aparición de dificultad para hablar, hay que llamar al 061 para realizar una actuación rápida.
Los especialistas son conscientes de que menos del 50% de la población española reconoce los síntomas de esta enfermedad y sabría cómo actuar. En la mayoría de los casos, esta enfermedad cerebrovascular se desarrolla muy rápido causando una lesión cerebral en pocos minutos.
Con menos frecuencia, los síntomas van incrementándose con el paso de las horas. En función del lado del cerebro que afecte, produce diferentes síntomas y secuelas.
El ictus es una patología cuya evolución mejora mucho si se aborda en las primeras horas, ya que los tratamientos más eficaces deben administrarse en las horas posteriores al ictus. Y según los datos que manejan los especialistas, si no aumenta su prevención, en menos de 15 años el número de casos de ictus aumentarán un 35%.
El Hospital Universitario Virgen del Rocío sigue siendo el centro con mayor volumen de trombectomías mecánicas (extracción del trombo del cerebro mediante un cateterismo para restaurar la circulación cerebral) de España. Actualmente este tratamiento multiplica las posibilidades de evitar secuelas discapacitantes en el ictus.
En concreto, el hospital sevillano, como centro de referencia de ictus, realiza cada año más de 550 trombectomías, lo que supone más del doble que cualquier otro centro del país. Asimismo, sus profesionales realizan más de 150 fibrinolisis intravenosas (tratamiento para disolver el trombo que produce el ictus) y más de 120 angioplastias carotideas (colocación de stent para prevenir un ictus) cada año.
El perfil del paciente que padece la enfermedad no coincide, como la población cree, en personas mayores: aproximadamente un 15-20% de los pacientes tienen menos de 50 años e incluso, aunque infrecuentes, se pueden dar casos de ictus infantil.
Y si bien sigue siendo una enfermedad que se da con más frecuencia a partir de los 65 años, en los últimos años ha habido un aumento en la incidencia entre personas de 20 a 64 años y las causas de este aumento tienen que ver fundamentalmente con los estilos de vida poco saludables.
¿Cuánto ejercicio se recomienda?
Los profesionales aconsejan que, de manera general, se deba ser tan activo como se pueda en su vida diaria; pequeñas actividades diarias como andar en vez de conducir, subir las escaleras en vez de coger el ascensor, y las tareas de la casa ayudan a mantenerse en forma y reducir el riesgo de ictus.
Además, para mantenerse activo, se recomienda hacer, al menos, dos horas y media de ejercicio entre moderado a intenso cada semana. Este tiempo se puede dividir como se desee, pero una buena forma de lograrlo es mantenerse activo durante 30 minutos al día, 5 días a la semana.
Si resulta difícil dedicar media hora al día o hacer ejercicio durante 30 minutos en una sesión, se puede dividir este tiempo en bloques de 10 minutos o más a lo largo del día y progresar con el tiempo.
Si se ha sobrevivido a un ictus, el ejercicio regular puede reducir el riesgo de sufrir otro ictus y de desarrollar demencia, mejorar su recuperación, ayudar con el cansancio y mejorar su bienestar general. Incluso si la movilidad se ve afectada por un ictus, es probable que haya algún tipo de ejercicio que se adapte a cada persona. Un fisioterapeuta o terapeuta ocupacional pueden ayudar a buscar ejercicios que se adapten a cada persona.