La población cree que los síntomas solo son un problema de carácter cuando se deben a un problema disfuncional del cerebro que tiene tratamiento
El hall del Hospital General del Virgen del Rocío acoge desde hoy la exposición #BipolarNoEsBroma, una iniciativa divulgativa persigue combatir el estigma asociado y destacar la importancia de un diagnóstico correcto y precoz de las personas afectadas por una enfermedad que a veces la sociedad banaliza por desconocimiento. De ahí el origen de esta muestra, que estará abierta al público hasta el próximo 11 de noviembre.
Los expertos calculan que más de un millón de personas sufren trastorno bipolar en España y únicamente 300.000 han sido diagnosticadas, lo que se traduce en que siete de cada diez personas no saben que padecen este trastorno mental. De hecho, cada año se diagnostican en Andalucía alrededor de 200 nuevos casos y se estima que la enfermedad afecta a un 2,5% de la población, una prevalencia similar al resto del país.
Se trata de una enfermedad difícil de identificar en los primeros momentos, ya que en muchos casos los pacientes acuden a consulta cuando están pasando por episodios depresivos que se confunden con depresión y en los periodos de manía muestran síntomas que se pueden identificar con otro tipo de trastornos mentales.
En palabras del Dr. Benedicto Crespo, catedrático en psiquiatría y director de la UGC de Salud Mental del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, “se estima que existe un retraso en el diagnóstico de entre 4 y 5 años, aunque es cierto que en los últimos años se ha reducido el tiempo en diagnosticar esta enfermedad, debemos seguir potenciando la prevención. Esto significa educar a la sociedad, concienciar sobre la enfermedad y formar a los médicos de atención primaria para que puedan derivar a los especialistas los posibles casos”.
Este especialista expresa la necesidad de aproximarse a una psiquiatría predictiva y preventiva. “Hemos conseguido mejoras significativas en los pacientes con un correcto manejo y dosificación, estamos avanzando mucho en este aspecto, por eso cuanto antes podamos empezar un tratamiento más posibilidades tenemos de tener un mejor pronóstico”, añade.
La banalización de la enfermedad dificulta el diagnóstico. Se suele creer erróneamente que los síntomas no son más que un problema relacionado con el carácter de la persona, cuando en realidad se deben a una actividad disfuncional del cerebro. Los expertos estiman que hasta un 45% de los pacientes con este diagnóstico se han sentido discriminados en alguna ocasión por presentar la enfermedad, lo que genera que la puedan ocultar, evitar situaciones sociales y laborales e incluso abandonar el tratamiento, con el consiguiente riesgo asociado.
El diagnóstico tardío y la estigmatización que muchas veces sufren las personas con trastorno bipolar son dos de los principales problemas de esta enfermedad que afecta a los mecanismos que regulan el estado de ánimo. Y es precisamente en este contexto en el que nace la exposición #BipolarNoEsBroma, impulsada por Lundbeck y los profesionales de Salud Mental del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla.