Diferentes coordinaciones sectoriales de trasplantes de Andalucía junto a profesionales del Hospital Virgen del Rocío, el Instituto de Investigación Biomédica (IBiS) y la Universidad de Sevilla van a iniciar un estudio para evaluar las propiedades la melatonina, un fármaco conocido por su capacidad cronobiótica (los ritmos biológicos del sueño) y su poder antioxidante. En concreto, participarán en este proyecto las coordinaciones de trasplantes de Sevilla-Huelva, Málaga-Almería y Granada-Jaén, mediante el reclutamiento de unos 50 potenciales donantes por año, tras obtener cerca de 100.000 euros de financiación competitiva en la IX convocatoria anual de la Fundación Mutua Madrileña.
Los órganos sólidos que se donan para el trasplante presentan de manera irremediable un deterioro progresivo tras el fallecimiento del paciente, ya que pueden resistir en condiciones óptimas fuera del cuerpo humano únicamente unas cuatro horas si es un corazón, seis horas en el caso del hígado, y entre 15 y 20 horas si son riñones. Esto es debido a fenómenos de estrés oxidativo, provocado por la falta de oxígeno en estos tejidos.
Por tanto, el objetivo principal de este estudio será modular y minimizar esta respuesta dañina para los órganos y permitir con seguridad alargar los períodos en los que los órganos pueden ser viables para ser trasplantados. De esta manera se permitiría mejorar la coordinación de los equipos al disponer de un margen mayor de tiempo para el trasplante.
Además, los profesionales consideran que la melatonina podría lograr reducir el estrés oxidativo que se acelera tras la muerte cerebral o la asistolia del paciente, y por tanto, se reduciría en un futuro también el sufrimiento del órgano donado. Esto abre las puertas a pensar que un órgano trasplantado en unas mejores condiciones podría tener una vida más larga en el receptor que se encuentra en lista de espera en situación de enfermedad terminal e irreversible.
Por el mismo motivo, los investigadores creen que administrar melatonina a los pacientes fallecidos cuyas familias han aceptado la donación permitiría aumentar el número de órganos válidos para el trasplante. Esto aumentaría las donaciones multiorgánicas y el número de trasplantes que podrían hacer los profesionales.
El coordinador de trasplantes de Sevilla y Huelva, Juan José Egea-Guerrero, confía en que el éxito de este proyecto se debe a su carácter multicéntrico, dado que hay varios sectores de Andalucía implicados y esto elimina el sesgo por hospital que en ocasiones aparece en algunos estudios. En total, esperan que la solidaridad de las familias se siga manteniendo, lo que permitiría incluir a unos 50 donantes por año a la investigación. En principio, tienen previsto desarrollarlo durante tres años.
El proceso de estrés oxidativo es inevitable: siempre hay un daño inherente a pesar de que los equipos de soporte que atienden al paciente fallecido son muy rigurosos y cuidan al máximo el mantenimiento vital de los órganos. Sobre todo, cuando la causa de la muerte está relacionada con la donación en asistolia o también conocida como donación a corazón parado (o tras el fallecimiento por criterios circulatorios). Aún así, los profesionales creen que hay posibilidades de explorar nuevas opciones y se han marcado tres objetivos concretos que prevén alcanzar con este proyecto.
El primero es evaluar la viabilidad de los órganos, midiendo determinados marcadores de estrés oxidativo. El segundo, analizar el los microARN que se liberan con el deterioro de los órganos tras la muerte cerebral y cardíaca del paciente. Y el tercero, intentar modular este estrés oxidativo mediante el empleo de melatonina que tendrán que investigar.
La melatonina, en sí misma, es un fármaco inocuo, barato y con un alto poder antioxidante. En la actualidad, se usa en la cronobiótica o en la regulación de los ritmos biológicos del sueño. Por ello, es popularmente conocida por minimizar las consecuencias del jet lag.
La financiación obtenida en esta convocatoria competitiva servirá para contratar a un postdoc en Biología o Medicina, con cargo al proyecto, así como todos los gastos de la investigación, en la que también colaborarán más de un centenar de profesionales que ya trabajan en el Sistema Sanitario Público de Andalucía. El grupo motor del trabajo se encuentra en Sevilla e integra a los coordinadores de trasplantes, médicos de la Unidad de Cuidados Intensivos, personal de Enfermería, biólogos, científicos del Instituto de Biomedicina de Sevilla y de la Universidad de Sevilla.
El premio ha sido recogido el pasado 6 de julio en Madrid, de manos de la ministra de Sanidad, Políticas Sociales e Igualdad, Dolors Montserrat; y del coordinador de la Organización Nacional de Trasplantes, Rafael Matesanz. Este es uno de los primeros proyectos de investigación liderado por una coordinación de trasplantes que se inicia en Andalucía.