Nature Genetics, la publicación especializada de genética con más factor de impacto en el mundo, recoge un importante hallazgo de Virgen del Rocío

Publicada el: 2008-10-06 12:00 | Escrito por Úrsula Palmar Gómez

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EYS (eyes shut, ojos cerrados) es el nombre elegido para el nuevo gen que el equipo del doctor Guillermo Antiñolo, Director de la Unidad de Genética, Reproducción y Medicina Fetal de Hospitales Universitarios Virgen del Rocío, en colaboración con el del científico británico Shomi Bhattacharya, actual director del Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (CABIMER) y Jefe de la Unidad de Genética Molecular del Instituto de Oftalmología de la Universidad de Londres, han identificado. Este nuevo gen, de expresión ocular, ha demostrando ser el de mayor dimensión expresado hasta el momento en esta zona, además del quinto gen más grande del genoma humano.


EYS, encoding an ortholog of Drosophila spacemaker, is mutated in autosomal recessive retinitis pigmentosa es el título del artículo científico que desvela este importante hallazgo y que avanzó ayer en su publicación online la prestigiosa revista Nature Genetics, actualmente con el mayor factor de impacto en el campo de la genética y la biomedicina. Salud Borrego López, María Isabel Barragán Mallofret, Juan Ignacio Pieras Martín y Marcela Daniel Mena son los otros investigadores de la Unidad que han llevado a cabo el estudio.


El gen, completamente desconocido hasta el momento, se expresa en la capa de fotorreceptores de la retina y al estar mutado provocaría fallos en la estructura de ésta, provocando su degeneración y la consiguiente ceguera en las personas afectadas. El equipo de investigación ha encontrado en el nuevo gen la misma estructura del gen eys de Drosophila melanogaster (conocida también como mosca del vinagre o de la fruta), que codifica una proteína implicada en la modelación de la arquitectura de la retina.


La identificación de EYS permitirá, como aplicación práctica más inmediata, ofrecer consejo genético a más familias que padecen retinosis pigmentaria. Actualmente, el 70% de pacientes que sufre esta enfermedad, la más frecuente dentro del grupo de distrofias hereditarias de retina, no dispone de un diagnóstico genético, al no conocerse la alteración genética que se va transmitiendo en su familia de generación en generación. El patrón recesivo (ambos padres transmiten el defecto genético) es el más común en la retinosis pigmentaria, siendo la enfermedad muy heterogénea, con numerosos genes y mutaciones, y obligando a realizar estudios personalizados a cada familia. La alta prevalencia que se prevé para el gen descubierto por el equipo co-dirigido por el doctor Antiñolo abre por ello una puerta muy importante de información para estas familias.

El desarrollo de nuevos tratamientos es otra posible transferencia a la práctica clínica que conlleva la identificación de EYS. Las alternativas terapéuticas se desarrollarían utilizando el conocimiento de los genes alterados y su expresión, así como qué células están específicas afectadas y pueden estar basadas en terapia génica (reemplazando o sustituyendo el gen deficiente en el paciente) o en terapia celular (obteniendo y trasplantando células compatibles con el paciente en el tejido afectado).


Asimismo, el análisis a gran escala de la secuencia de EYS permitirá identificar a aquellas familias a nivel mundial en las que la retinosis pigmentaria está causada por alteraciones de dicho gen. Estos estudios poblaciones son clave para establecer los datos de prevalencia definitivos y caracterizar la relación que hay entre las mutaciones y los síntomas de la enfermedad, al mismo tiempo que permitirán hacer una clasificación clínica y genética precisa de la misma.


Por otra parte, la puesta a disposición de la secuencia y estructura de dominios de EYS ofrece a la comunidad científica la posibilidad de realizar estudios in vitro para desvelar la función de este gen y el proceso que da lugar a la enfermedad, ya que aunque existen muchos genes responsables de la retinosis pigmentaria, el proceso patológico en todos los casos tiene un paso común, la denominada apoptosis o muerte celular de las células retinianas. La caracterización de la ruta o proceso en que EYS participa en condiciones normales puede ayudar a identificar otros genes cuya alteración también provoca esta enfermedad u otras distrofias hereditarias de retina.


Por último, está el interés que despierta el descubrimiento de este gen desde el punto de vista evolutivo, ya que en los cien millones de años de evolución de los mamíferos, ha desaparecido en algunos de ellos (como el ratón o la oveja) y se ha conservado prácticamente intacto desde la mosca del vinagre al ser humano.

Diez años de investigación con excelentes avances


Diez años han transcurrido desde que en 1998, la Unidad de Genética, Reproducción y Medicina Fetal que dirige el doctor Guillermo Antiñolo, director del Plan Andaluz de Genética, protagonizara el importante hallazgo científico que iniciaría la búsqueda del gen EYS: la identificación de una nueva región del genoma (RP25) relacionada con la enfermedad. El campo de las distrofias hereditarias de retina es una de las líneas de investigación más punteras de la Unidad, contando con un importante protagonismo nacional e internacional desde 1991. La revista American Journal of Human Genetics (62, 1452-1459) dio a conocer entonces que el equipo sevillano había identificado un nuevo locus (localización cromosómica) de retinosis pigmentaria autosómica recesiva en la región 6q, un área extremadamente difícil de caracterizar con numerosos intervalos de secuencia desconocidos. El nuevo locus, al que se llamó RP25, representaba una gran novedad, ya que demostró ser la causa genética del mayor número de familias con esta enfermedad. Hasta el 27% de prevalencia en la cohorte de estudio ha demostrado tener este locus, frente al máximo del 5% de los otros descritos.


El equipo de Hospitales Universitarios Virgen del Rocío ponía así el punto de partida de una nueva línea de exploración genética en este tipo de ceguera que seguirían otros grupos de investigación en el mundo, demostrando que el locus RP25 también parece estar relacionado con la enfermedad en diferentes poblaciones y etnias. En este contexto, y en un intento de aunar esfuerzos en la lucha contra esta invalidante y rara enfermedad, que afecta a 1 de cada 2.500/3.000 personas, el equipo del doctor Antiñolo se unió al del catedrático de Oftalmología Experimental en la Universidad de Londres, Shomi Bhattacharya, obteniendo el excelente resultado dado a conocer hoy.