Un estudio del Hospital Universitario Virgen del Rocío y la Facultad de Psicología de la Universidad de Sevilla, premiado recientemente por la Asociación Andaluza de Neurociencias del Desarrollo y reconocido con una mención honorífica durante el último congreso nacional de Pediatría Social, demuestra que alrededor del 20% de niños que tuvieron graves dificultades en el nacimiento (prematuros, principalmente, y recién nacidos que sufrieron asfixia perinatal) puede tener problemas de desarrollo en la etapa escolar. Tras el seguimiento realizado a un total de 63 niños de entre 4 y 6 años que habían nacido en el hospital sevillano y habían requerido hospitalización en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales en las primeras semanas de vida, los expertos consideran que es necesario realizar el seguimiento de estos niños a medio y largo plazo, para actuar a tiempo y reducir el riesgo de fracaso escolar.
«Aunque el desarrollo de la mayoría de estos niños se sitúa dentro de la media, la detección de secuelas neurológicas menores que hemos observado en algunos de ellos una vez pasados los dos primeros años de vida nos hace recomendar este seguimiento», explican los neuropediatras y psicólogas responsables de esta investigación. Mientras el 77,9% de los pequeños estudiados presenta un desarrollo neuropediátrico normal, un 8,4% manifiesta un posible déficit de atención, un 6,7% déficit sensoriales, un 5% ligera hipotonía, un 3,4% trastornos del lenguaje y un 1,6% algunas malformaciones.
Las complicaciones más severas de los recién nacidos que sufren durante el nacimiento se ponen de manifiesto durante los dos primeros años de vida, actuándose sobre ellas en dicho periodo. «No obstante, pasado este tiempo, en niños que no se han detectado secuelas neurológicas o psicológicas importantes, sí pueden aparecer obstáculos leves o moderados que se harán evidentes al comienzo de la etapa escolar, momento en que los requerimientos cognitivos y comportamentales son mayores», afirma el grupo investigador, integrado por los pediatras Ignacio Gómez de Terreros, Marcos Madruga, Bárbara Blanco y Miguel Rufo (durante los años de estudio jefe de Neuropediatría en el Hospital Virgen del Rocío y ahora jefe de Neuropediatría del Instituto Hispalense de Pediatría); y las psicólogas María Villarín, Mª Merced Barbancho, Eva María Padilla y María Dolores Lanzarote.
La colaboración entre el Hospital Universitario Virgen del Rocío y la Facultad de Psicología, concretamente, a través del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos, se remonta a 1994, fecha desde la cual pediatras y psicólogos han unido sus esfuerzos para estudiar, desde una filosofía de atención integral y multidisciplinar, el impacto de determinadas patologías sobre el niño y su familia, proponiendo medidas que mejoren la calidad de vida de ambos. El abordaje del niño crónico, con fibrosis quística, con una enfermedad rara, víctima de maltrato o el adolescente con VIH son algunas de esas líneas de trabajo.