Permitirá la puesta en marcha del programa de voluntariado HERO, cuyo principal objetivo es la investigación sobre los efectos secundarios neurocognitivos del tratamiento del cáncer infantil
La Asociación Española para los Efectos del Tratamiento del Cáncer (AEetc) y el Hospital Universitario Virgen del Rocío han firmado un acuerdo de colaboración que permitirá desarrollar el programa de voluntariado HERO (Human Evaluation and Rehabilitation after Oncology). Se trata de una iniciativa promovida por un grupo de investigación multidisciplinar cuyo principal objetivo es la investigación sobre los efectos secundarios neurocognitivos del tratamiento del cáncer infantil.
El convenio ha sido rubricado por la directora gerente del hospital, Nieves Romero Rodríguez, y la presidenta de la Asociación Española para los efectos del tratamiento del cáncer (AEetc), Gloria Álvarez Benito. La finalidad es poder identificar las causas y los efectos para así abordar la etapa de rehabilitación de la manera más adecuada.
Las actividades concretas a desarrollar en el Hospital serán coordinadas a través de la Unidad de Trabajo Social del Hospital Universitario Virgen del Rocío y por esta asociación.
Hasta la fecha, las entidades que participan en el proyecto multidisciplinar HERO son el Hospital Universitario Virgen del Rocío, la Universidad de Sevilla (Facultad de Filología e Ingeniería Informática) y la AEetc (Asociación Española para los efectos del tratamiento del cáncer). No obstante, se trata de un grupo abierto a los profesionales que quieran y puedan colaborar para el desarrollo de herramientas que hagan más fácil la vida de los niños supervivientes de cáncer.
En los últimos años la supervivencia al cáncer infantil ha aumentado considerablemente, gracias a tratamientos de quimioterapia, radioterapia y cirugías más eficaces, pero en ocasiones, más agresivos, pudiendo limitar la calidad de vida de pacientes con tumores cerebrales, leucemias y linfomas. Además, pueden influir en el desarrollo social, emocional y escolar del niño.
Cada año más de 160.000 niños son diagnosticados con algún tipo de cáncer en el mundo, lo que implica que cada año hay más de 128.000 supervivientes del cáncer infantil que sufren una variedad de efectos secundarios neurocognitivos. El conocimiento detallado de las dificultades lingüísticas y cognitivas tras el tratamiento oncológico permite que dichas dificultades no impidan o limiten el desarrollo intelectual del niño.