La Unidad de Ortopedia Infantil del Hospital Universitario Virgen del Rocío atiende cada año a más de 200 pacientes con displasia en el desarrollo de la cadera, una malformación ocasionada por un inadecuado desarrollo de los huesos que forman esta articulación. Esta actividad sitúa al complejo sanitario como uno de los hospitales españoles con mayor número de usuarios tratados por este motivo. De hecho, la unidad está acreditada por el Ministerio de Sanidad como Centro de Referencia Nacional en Ortopedia Infantil desde 2010.
La displasia en el desarrollo de la cadera engloba un abanico de deformidades que oscilan desde simples ‘inmadureces’ de la cadera hasta casos en lo que existe una grave luxación de la articulación. Se puede dar la circunstancia también de que el paciente evolucione desde la primera a la segunda situación a lo largo de los meses.
La incidencia de esta malformación varía según el país. En el caso de España, se registran aproximadamente 30 casos por cada 1.000 nacidos vivos.
El sistema sanitario público andaluz posee un programa de detección precoz que los pediatras de atención primaria llevan a cabo durante las revisiones de niño sano, con el objetivo de detectar cuanto antes esta malformación y agilizar la derivación del menor a su hospital de referencia. La introducción de protocolos de detección precoz en recién nacidos de riesgo ha supuesto un incremento en su diagnóstico y facilita el tratamiento de manera precoz , apunta David M. Farrington, jefe de sección de Cirugía Ortopédica y Traumatología Infantil del Virgen del Rocío.
Los síntomas varían según la edad. La mayoría de los casos pasan desapercibidos para los padres, ya que solo se aprecia una pequeña diferencia en la longitud de las piernas, o una pequeña cojera cuando el pequeño empieza a caminar.
La aparición de esta deformidad responde a muchos factores. Suele ser más frecuente en niñas, o cuando el bebé presenta en su nacimiento un peso inadecuado por exceso o por defecto. Asimismo, es más probable en fetos que se encuentren en posición de nalgas durante la gestación y en embarazos múltiples.
El tratamiento de esta patología depende de cada caso concreto, e incluye la colocación de arneses, férulas de abducción llegando a tener que recurrirse en ocasiones a la reducción bajo anestesia general, incluso mediante cirugía abierta. El trabajo coordinado de los neonatólogos, intentando detectar los casos nada más nacer el niño, de los pediatras en las revisiones de niños sanos, el personal de enfermería y los anestesistas permite que en el 90% de los casos logremos corregir esta malformación , añade Encarnación Macías, responsable del Programa de Displasia de Cadera del Hospital Universitario Virgen del Rocío.