La epilepsia constituye uno de los trastornos cerebrales más frecuentes entre la población. En Andalucía se calcula que afecta a unas 40.000 personas. A pesar de la eficacia del tratamiento farmacológico en el 70% de los casos, existen las denominadas epilepsias de difícil control, deteriorando la calidad de vida de los pacientes, afectados social y psicológicamente desde jóvenes. La maternidad, el mundo laboral, las relaciones personales y otros aspectos de la vida diaria se ven condicionados por esta enfermedad crónica, que acaba produciendo un importante deterioro cognitivo. Es en este grupo de pacientes donde la cirugía ha demostrado ser la mejor herramienta terapéutica. Hospitales Universitarios Virgen del Rocío y el Hospital Universitario Virgen de las Nieves son los únicos centros públicos que realizan cirugía de la epilepsia en Andalucía, cubriendo así esta parte del tratamiento en pacientes procedentes del resto de provincias andaluzas. Desde la puesta en marcha de la Unidad Médico Quirúrgica de Epilepsia en el hospital sevillano hace ahora dos años se han beneficiado de esta técnica 36 pacientes, con el cumplimiento 100% de los estándares de calidad y resolución quirúrgica internacionales. Este fin de semana, durante el simposio internacional Avances en Epilepsia y Cirugía, que organiza y acoge Hospitales Universitarios Virgen del Rocío, el centro podrá compartir sus excelentes resultados con más de 200 especialistas de todo el mundo que acumulan una amplia experiencia en el abordaje quirúrgico de la enfermedad en sus fases más avanzadas. Profesionales altamente cualificados neurólogos, neurocirujanos, neurofisiólogos, neuropsicólogos, neurorradiólogos, anestesistas, médicos nucleares, patólogos y psiquiatras forman parte del equipo multidisciplinar que trabaja en la Unidad Médico-Quirúrgica del hospital, coordinada por el neurólogo Francisco Villalobos y el neurocirujano José Manuel Montero. El estudio de cada caso de manera exhaustiva permite ofrecer la mejor opción terapéutica, garantizando la correcta selección de aquellos pacientes candidatos a cirugía. Se calcula que un 30% de los pacientes que tienen una epilepsia refractaria (la mediación antiepiléptica fracasa) puede beneficiarse del tratamiento quirúrgico, siendo las epilepsias del lóbulo temporal, mesial y displasias, muy comunes en jóvenes, las que mayor beneficio obtienen, erradicándose por completo las crisis epilépticas. El estudio prequirúrgico Antes de la intervención quirúrgica, es preciso realizar un estudio prequirúrgico muy complejo para seleccionar correctamente a aquellos pacientes que beneficiarán de la cirugía con un riesgo quirúrgico mínimo. El estudio prequirúrgico comprende habitualmente los siguientes pasos: · Valoración en la consulta. Aquí se estudia el tipo de epilepsia que padece el paciente y se valora la idoneidad de la opción quirúrgica para cada paciente en particular. · Estudio vídeo-EEG. Uno de los estudios más importantes en la valoración prequirúrgica, ya que muestra con certeza el lugar de inicio de las crisis. El paciente permanece ingresado en el hospital durante varios días, mientras se realiza un registro continuo de las características eléctricas de las crisis (EEG crítico) y se analizan las características clínicas de las crisis (mediante vídeo) para definir el origen de las crisis. · Valoración neuropsicológica. Principalmente, valora la memoria y funciones del habla. · Valoración psiquiátrica en casos seleccionados. · Estudios de neuroimagen. Las más utilizadas son la Resonancia Magnética Craneal, el PET y el Spect. · Estudio con electrodos invasivos en casos altamente seleccionados, a fin de precisar la localización cerebral del origen de las crisis. La colocación de los electrodos en el interior del cráneo requiere una intervención neuroquirúrgica y la nueva hospitalización del paciente. · Test de Wada Se realiza en la sala de Neurorradiología Intervencionista e intenta prever (y por ello, evitar) potenciales secuelas en la memoria, así como ayudar en la localización de la región del habla del paciente. Si todo el estudio previo demuestra y localiza un origen único de las crisis, se puede plantear al paciente la extirpación del mismo. De acuerdo con el neurocirujano y los resultados de neuropsicología y del test de Wada (si éste ha sido necesario), se decide el tipo de intervención: · Resecciones de la zona epileptógena: temporales (lóbulo temporal, mesial y neocortical), extratemporales (frontal, occipital y parietal) y displasias (trastornos del desarrollo cortical). · Lesionectomía. Para extirpar lesiones cerebrales epileptógenas (cavernomas, tumores benignos, etc.). La duración de la cirugía, que precisa técnicas microquirúrgicas, oscila entre las 6 y 8 horas, con la participación de 2 neurocirujanos, 2 neurofisiólogos, 1 anestesista y un equipo especializado de enfermería.