El cáncer de hígado y el cáncer de páncreas son actualmente los dos tumores más agresivos del aparato digestivo. La cirugía está resolviendo en los últimos años los carcinomas pancreáticos y hepáticos que hasta hace unos años presentaban un abordaje difícil. La extirpación parcial o total del órgano afectado ha demostrado que el paciente gana años y calidad de vida. La Unidad de Cirugía Hepatobiliopancreática de Hospitales Universitarios Virgen del Rocío, dirigida por el Dr. Ángel Bernardos, ha realizado durante 2006 un total de 125 intervenciones de hígado y páncreas por patología tumoral, tales como metástasis hepáticas, hepatocarcinomas, hemangiomas, cáncer de páncreas, ampulomas, cáncer duodenal, tumor de las papilares o tumores endocrinos. Hay que destacar que las operaciones para extirpar lesiones malignas en el hígado han aumentado un 20% durante el último año. Toda esta intensa actividad ha inducido a activar programas quirúrgicos extraordinarios para evitar posibles demoras, respondiendo así a las líneas estratégicas establecidas por el Plan Integral de Oncología del Sistema Sanitario Público de Andalucía.
A pesar de los índices de morbilidad y mortalidad de esta compleja cirugía, llevada a cabo en pacientes con un cuadro clínico complejo y con otras patologías adyacentes, el equipo sevillano supera los estándares de calidad quirúrgica establecidos por las principales sociedades científicas, obteniendo una resecabilidad (eliminación completa del tumor) elevada (según el tipo de cáncer, entre el 80% y el 90%). La apuesta que el Servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo realizó hace más de diez años para dedicar al área de Hígado, Páncreas y Vías Biliares un grupo de profesionales altamente especializados ha dado sus mejores frutos. Las prestaciones tecnológicas de los quirófanos contribuyen también a estos resultados: ecografía intraoperatoria, disector ultrasónico, técnicas de control vascular, bisturí de Argón, etc. Cuando la cirugía no es posible, se proponen otras alternativas terapéuticas, como la ablación mediante radiofrecuencia y las técnicas percutáneas.
La Unidad cuenta con su propia base de datos, lo que permite obtener referencias de los procedimientos más habituales, constituyendo una excelente herramienta de control de calidad y de mejora continua. Al importante papel de los cirujanos en el abordaje de estas dos tumoraciones, se debe añadir el de oncólogos, hepatólogos, anestesistas, radiólogos vasculares intervencionistas, intensivistas, médicos nucleares y personal de enfermería cualificado, entre otros profesionales. Juntos evalúan todos los factores del paciente y del cáncer con el fin de diseñar el mejor tratamiento.