La Unidad de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista de Hospitales Universitarios Virgen del Rocío ha llevado a cabo durante la mañana de hoy dos cateterismos de alta complejidad. El equipo coordinado por el Dr. Ángel Sánchez González ha resuelto con la implantación de un stent por vía percutánea la coartación de aorta, una patología que habitualmente requiere abrir la cavidad torácica del paciente. El Dr. Carlos Macaya, Director del Departamento de Cardiología y Cirugía Cardíaca del Hospital Clínico San Carlos (Madrid) y uno de los mayores expertos del país en la aplicación de esta nueva técnica ha participado con los profesionales del hospital sevillano en estas intervenciones. El trabajo en equipo que se realiza desde la Unidad de Cardiopatías Congénitas un grupo multidisciplinar que integra la experiencia de cardiólogos, hemodinamistas y cirujanos cardíacos de adultos y niños , garantiza la continuidad asistencial de todas las cardiopatías congénitas en Hospitales Universitarios Virgen del Rocío. El papel de electrofisiólogos, anestesistas y radiólogos también es fundamental en el buen desarrollo de este dispositivo. Las intervenciones de hoy completan la excelente oferta asistencial del Servicio de Cardiología, que dirige el Dr. Ángel Martínez Martínez. Desde 2005, el hospital también resuelve mediante cateterismo otras importantes cardiopatías congénitas como las comunicaciones interauriculares, cierres de foramen oval permeable y cierres de ductus persistente. La coartación o estrechamiento de aorta es una de las anomalías congénitas más frecuentes del corazón, al representar hasta el 7% de los problemas cardíacos que pueden presentar los neonatos. En muchos casos, permanece silente hasta la adolescencia o la edad adulta, con el riesgo de provocar una insuficiencia cardíaca, problemas cerebrovasculares e, incluso, la rotura de la aorta. Si su detección se produce en la edad pediátrica, la cirugía abierta convencional con la apertura del tórax es la opción terapéutica más eficaz. No obstante, en los últimos años, el desarrollo y los buenos resultados obtenidos en cardiología intervencionista permiten abordar esta patología en la edad adulta mediante un cateterismo. A partir de una pequeña punción femoral, se introduce por el sistema vascular un tubo hueco denominado catéter, a través del cual los hemodinamistas colocan el stent de platinio e iridio en la zona afectada, consiguiendo devolver a la aorta su flujo sanguíneo normal y evitando someter al paciente a una gran intervención quirúrgica. En un periodo aproximado de dos horas y con una ligera anestesia general se actúa sobre la aorta y, si la evolución es favorable, el paciente puede regresar a casa en 48 horas.