El servicio de Neonatología del Hospital Universitario Virgen del Rocío ha enviado un detalle de agradecimiento a las madres que han seguido donando al Banco de Donación de Leche Materna durante la pandemia por COVID19, a pesar de las dificultades de movilidad durante este periodo. Hoy, 19 de mayo, celebran así el Día Mundial de la Donación de Leche.
“Estamos muy orgullosos porque en este año tan complicado no hemos disminuido el número de donantes”, explica Elena Díaz, enfermera coordinadora del Banco de Leche Materna del Virgen del Rocío. En total, 192 mujeres han entregado 910 litros de leche que han recibido 236 receptores de cinco hospitales de Sevilla y Huelva.
“Desde el Banco de Leche Humana de Sevilla, queremos transmitiros la profunda gratitud que sentimos por el inmenso altruismo que nos habéis demostrado durante todos estos meses, porque, cuando moverse ha sido un esfuerzo titánico, la incertidumbre inicial sobre la enfermedad por coronavirus no ha supuesto un obstáculo a tantas mujeres como vosotras para seguir aportando leche para donar. GRACIAS, en nombre de todos los niños enfermos que han recibido un alimento protector de su salud y que, teniendo un valor incalculable, solo puede ser proporcionado en gratuidad por madres que conocen la gran importancia de lo que aportan. GRACIAS en nombre de todo el personal del Banco de Leche, por hacernos vivir cada día que existen mujeres generosas que cambian el mundo con su esfuerzo desinteresado.” Este es el texto que se les ha enviado a todas las donantes junto a un babero con la inscripción ‘Hermanos de Leche’, en clara alusión a los grandes prematuros, los bebés que nacen por debajo de la 32 semana de gestación o que pesan menos de 1.500 gramos son los grandes beneficiarios de este alimento. Otro grupo de pacientes que se beneficia especialmente de la leche donada son los recién nacidos que han precisado cirugía abdominal, así como los pacientes con cardiopatías congénitas graves, en el periodo más crítico de su evolución.
Los profesionales consideran que la leche materna de su propia madre es el mejor ‘alimento’ y el mejor ‘fármaco’ que pueden tomar estos pequeños para su recuperación, siendo la leche donada la segunda mejor elección. En ocasiones, hay madres que no pueden amamantar a sus hijos o no pueden extraerse suficiente leche materna, y otras con una secreción láctea superior a las necesidades de su bebé.
En principio, pueden donar todas las mujeres sanas con un estilo de vida saludable, que tengan bien establecida la lactancia tras cubrir las necesidades de su propio hijo. Así, deben estar amamantando, extrayéndose leche para su hijo o tener leche correctamente congelada en domicilio por un periodo inferior a 15 días.
Posteriormente, se les realiza una serología para descartar riesgo de transmisión de infecciones, dado que a través de la leche humana se puede transmitir algunas infecciones, tóxicos o fármacos que pueden producir efectos adversos en el receptor.
Frente a ello y para garantizar la seguridad de la leche donada, siempre se pasteuriza para que este procesamiento destruya los virus o bacterias que pudieran contener. En esta línea, el Banco se ha dotado de un sistema informático que registra la trazabilidad de los lotes de leche materna que se conservan. Desarrollan todo este proceso garantizando siempre la seguridad frente al riesgo COVID19 de donantes y personal implicado.