La reconstrucción con colgajo de peroné en pacientes infantiles con sarcomas óseos (cáncer de huesos) ha evitado la amputación de las extremidades en todos los niños operados en la última década por profesionales de la Unidad de Gestión Clínica Intercentros de Cirugía Plástica y Grandes Quemados de los Hospitales Universitarios Virgen Macarena y Virgen del Rocío. Esta compleja técnica, que utiliza tejido del propio paciente como implante, ha merecido el premio a la mejor comunicación oral en el III Congreso Ibérico de Cirugía Plástica, celebrado en Estoril (Lisboa).
El trabajo objeto de reconocimiento recoge que los profesionales de esta Unidad han intervenido, junto con la Unidad de Tumores del Servicio de Traumatología y Ortopedia, a un total de 19 pacientes pediátricos con sarcomas óseos, que han afectado a la extremidad superior, inferior y pelvis, entre los años 2002 y 2016. El éxito en el tratamiento de estos pacientes es la atención multidisciplinar que reciben, ya que son vistos por profesionales de la Unidad de Cirugía Ortopédica y Traumatología (Unidad de Tumores Óseos), la Unidad de Oncología Médica, Oncología Radioterápica y Radiofísica; y por la Unidad de Cirugía Plástica; según la fase de la enfermedad en la que se encuentren.
Para ello, utilizaron la técnica reconstructiva de colgajo de peroné, incluyendo la combinación con aloinjerto óseo de cadáver. Las cirugías fueron planificadas gracias a la aplicación de los sistemas de información a la práctica clínica: la angiografía con contraste mediante TAC, la reconstrucción virtual con el software AYRA y la impresión tridimensional de modelos a tamaño real en ácido poligláctico.
Durante los 14 años de estudio, el seguimiento medio fue de 41 meses, la supervivencia global del 95% y se salvaron el 100% de extremidades. El 15% de pacientes presentaron fracturas de la reconstrucción, que a los cinco meses ya estaban consolidadas. En los casos en que el sarcoma afectaba la extremidad inferior, el tiempo medio hasta que el paciente pudo volver a caminar sin ayuda fue de 9,8 meses.
Estos avances en cirugía plástica y microcirugía han permitido el abordaje de reconstrucciones óseas cada vez más complejas. No obstante, los pacientes pediátricos con sarcomas óseos son especialmente delicados, y la preservación de las extremidades supone un gran reto.
El colgajo óseo de peroné es actualmente la técnica de elección, ya que su versatilidad permite la reconstrucción de defectos complejos heterogéneos, así como evitar amputaciones, con buenos resultados funcionales y una tasa de complicaciones aceptable. Antes de comenzar a utilizar esta técnica, hace unos 10 años, el desenlace más habitual era la amputación y la pérdida del miembro afectado.
El trabajo, titulado Reconstrucción con colgajo de peroné tras sarcomas óseos pediátricos: opciones reconstructivas, seguimiento y resultados a largo plazo, ha sido presentado por el residente de Cirugía Plástica Alejandro Ruiz Moya. En él han participado además los profesionales de la Unidad de Cirugía Plástica, Reconstructiva y Grandes Quemados Araceli Lagares Borrego, Domingo Sicilia Castro, Fernando Barrera Pulido, Francisco Carvajo Pérez, Alejandro Lorite Álvaro y Tomás Gómez Cía.
Primer premio para un póster
Por otro lado, la comunicación tipo póster, presentada por el residente de Cirugía Plástica Carlos García Sáiz, también ha merecido el primer premio en el III Congreso Ibérico de Cirugía Plástica. Titulado Cirugía de reanimación facial paliativa en paciente con enfermedad tumoral avanzada, expone el caso clínico de una paciente adulta operada en la Unidad de Cirugía Plástica, que adolece de una parálisis hemifacial completa secundaria a cirugía oncológica de tumoración parótidea maligna.
Se trata de una paciente con desarrollo a los pocos meses de la extensión a distancia de la enfermedad, hecho hace recomendable una actitud poco invasiva en la cirugía de reanimación facial subsiguiente. Por este motivo, los profesionales optaron por la colocación de una pesa de oro pretarsal (en el interior del párpado superior del ojo) y una suspensión pasiva a la comisura del labio mediante tejido que se toma del muslo, denominado injerto de fascia lata, para que la paciente pudiera conservar algo de funcionalidad y la mayor calidad de vida posible.